Una auténtica política de tierra quemada y cortoplacista, es la que están haciendo las grandes superficies para pagar un precio irrisorio por la carne de conejo. Ante este muro, sólo caben dos opciones, bajar la producción o esperar el resultado de las campañas publicitando la carne de conejo. Los hechos nos demuestran que no hay garantía alguna que funcione ni una cosa u otra...