Manolo Sierra lleva nada menos que 21 años en esta granja. Su padre fue uno de los primeros cunicultores en poner jaulas en la localidad de Altura (Castellón). Con sólo ocho años, Manolo ya sabía lo que era cuidar conejos. La granja de este cunicultor es un ejemplo de cómo debe evolucionar una explotación cunícola para profesionalizarse. Tras pasar de 6 bandas semanales a una banda única de golpe, también ha conseguido la casi total desmedicalización en el pienso. Por otra parte, se ha apostado por los buenos resultados en fertilidad, incorporando al técnico Felipe Lavara como trabajador y responsable de la reproducción...