En las granjas cunícolas se debe procurar alcanzar el máximo confort ambiental con un control total de la temperatura, la humedad y la ventilación para conseguir un correcto desarrollo de los animales. Al no ser una producción estacional, se debe mantener siempre una temperatura interior constante, idealmente a 22-24º en verano y 18º en invierno. El objetivo de los sistemas de calefacción es proporcionar el calor suplementario necesario para mantener la temperatura deseada, compensando las pérdidas..