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Patología. Las enfermedades más importantes de la piel de los conejos
PATOLOGÍA
Las ENFERMEDADES más
importantes de la PIEL
de los conejos
La piel es una defensa muy importante contra el
ataque de los agentes patógenos, ya que constituye la
primera barrera entre el organismo y el mundo externo.
Por eso, la mayor parte de las patologías que afectan a
los seres vivos penetran en el interior del cuerpo a través
de las aberturas naturales –nariz, boca, genitales, etc.–.
La piel desempeña también, además de la defensa de
los tejidos que están debajo de ella –músculos, huesos
y órganos internos– numerosas funciones biológicas
como la termorregulación, el control de los intercambios
de agua y gas con el exterior, la síntesis de la vitamina
D y la sensación táctil, esta última coordinada con las
terminaciones nerviosas que detectan las variaciones
térmicas –termosensores–, la presión –presurosensores–
y las sensaciones dolorosas –algiosensores–. La piel
consta de tres estratos principales bien definidos
histológicamente:
1) Epidermis: a su vez está subdividida en cinco
estratos ulteriores, de los cuales el más exterior,
el córneo, está formado por células epiteliales
muertas que forman la barrera responsable del
aislamiento del ambiente circundante. En este
estrato están ausentes los vasos sanguíneos y la
alimentación está garantizada mediante la difusión
a través de la dermis que está debajo de ella.
2) Dermis: es el estrato que está debajo de la
epidermis y está constituido principalmente por
el tejido conectivo y contiene en su interior
terminaciones nerviosas con función receptora,
folículos pilosos, glándulas sebáceas, vasos
sanguíneos y linfáticos que suministran el
alimento tanto a la dermis como a la epidermis y
contribuyen a la termorregulación.
3) Hipodermis: es el estrato que conecta la dermis
a los tejidos más profundos –generalmente
músculos pero también huesos y cartílagos y está
constituido principalmente por tejido conectivo
laxo y tejido adiposo, este último con funciones
de aislamiento térmico y reserva de energía.
De todo lo que brevemente acabamos de describir
emerge el importante y polivalente papel que desempeña
la piel. Las enfermedades de la piel pueden provocar
notables problemas en el equilibrio físico del animal,
produciendo daños bastante graves, tanto a nivel de
salud como de rendimiento de producción. Muchas
patologías que se manifiestan a nivel cutáneo son
primarias de este elemento, pero existen otras tantas
que afectan a otros órganos o aparatos y también dañan
de forma secundaria la piel. A continuación detalla-
Foto 1. Pododermatitis ulcerativa, donde podemos apreciar la úlcera y
formación de costras posteriores.
Dr. Cristiano Papeschi
Università degli Studi della Tuscia. Viterbo, Italia
[email protected]
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Patología. Las enfermedades más importantes de la piel de los conejos
remos aquellas que encontramos de forma más
frecuente en las explotaciones de conejos, tanto
industriales como rurales.
Pododermatitis
La pododermatitis es una patología que afecta a
la superficie inferior de las extremidades y, más
frecuentemente, a la de las extremidades posteriores.
Se inicia generalmente como lesiones isquémicas de
compresión o como consecuencia del rozamiento de la
superficie plantar contra el suelo de la jaula. Inicialmente
se produce un enrarecimiento del pelo de cobertura con
evidente eritema, seguido de la aparición de úlceras
más o menos profundas con sangrado y formación de
costras –foto 1–. Recordemos que las patas del conejo
están desprovistas de almohadillas y el pelo es la única
protección de las extremidades. Entre los factores
predisponentes encontraremos seguramente un factor
hereditario, por lo que sería mejor excluir de la
reproducción aquellos individuos que manifiesten este
problema, sobre todo si es consecuencia de un
enrarecimiento congénito del pelo en la zona plantar.
Otro punto crítico es el fondo de la jaula que, si está
fabricado con material inadecuado, con tendencia a la
oxidación o a la corrosión, o no está pulido
correctamente, puede causar microlesiones. También
la superficie de la jaula
tiene una correlación con
el problema: un espacio
demasiado limitado en
relación con el número o
el tamaño de los conejos
criados en él comportará
una disminución del
ejercicio físico que tiene,
como consecuencia, un
menor aflujo de sangre en las zonas periféricas
–extremidades comprendidas–, y una predisposición a
la obesidad que provocará la muerte del folículo pilífero,
la caída del pelo y el adelgazamiento de la piel. Por
último, un aspecto que afecta más a los conejos criados
para el autoconsumo es la escasa higiene del conejar,
con acumulación de suciedad y orines sobre la yacija,
lo que provoca la presencia de fenómenos inflamatorios
de la superficie plantar y ulceración posterior. Sobre
estas lesiones se producen casi siempre infecciones
secundarias, causadas principalmente por S. aureus y,
en menor grado, por P. multocida, las cuales evolucionan
a los tejidos profundos, llegando progresivamente hasta
la osteomielitis. El diagnóstico se basa en la
observación de las lesiones y la profilaxis para la
eliminación de las causas que han favorecido la
manifestación del problema. La terapia a base de
antibióticos previo examen bacteriológico y
antibiograma puede ser útil sólo en las fases iniciales,
mientras que, en el estadio avanzado de las lesiones y
de las infecciones, se aconseja el sacrificio de los
Entre los factores predisponentes
de la pododermatitis,
encontraremos seguramente
un factor hereditario
individuos afectados, que difícilmente podrían
destinarse después al consumo.
Sarna sarcóptica
Esta patología parasitaria está provocada por
Sarcoptes scabiei, ácaro no específico de ninguna
especie animal, que vive en el espesor de la epidermis
socavando galerías. La sarna sarcóptica es una
parasitosis extremadamente contagiosa, tanto para los
animales como para el hombre. Las lesiones se presentan
bajo costras blancuzcas
muy prurigenosas que aparecen
primero en los dedos
–foto 2–, hocico –foto 3–
y partes externas de las
orejas y después se
difunden sucesivamente
por todo el resto del
cuerpo, asumiendo una
coloración oscura debida a la sangre coagulada. En las
fases iniciales las lesiones pueden ser tan pequeñas que
pueden pasar casi desapercibidas, sobre todo si todavía
están recubiertas de pelo, por lo que es necesario poner
mucha atención en la inspección de la superficie cutánea
de los animales. Si se arrancan las costras se producirá
un abundante sangrado. El intenso prurito al que está
sometido el animal le obligará a rascarse de forma muy
acentuada, provocándose más lesiones sanguinolentas
en las que es probable que se instalen bacterias
secundarias como estafilococos, estreptococos y
pasteurelas, las cuales darán lugar a infecciones que
agravarán la sintomatología. Si estas lesiones con
costras no se tratan pueden extenderse hasta llegar a
Foto 2. Lesiones de sarna sarcóptica en la zona interdigital.
Las enfermedades de la piel
pueden provocar notables
problemas en el equilibrio
físico del animal
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Patología. Las enfermedades más importantes de la piel de los conejos
cubrir la mayor parte de la
superficie corporal. En los
casos más graves el animal
deja de comer y beber y si
no se vence a los parásitos
a tiempo puede llegar a
producirse la muerte por
deterioro orgánico
sistémico o por infección.
El diagnóstico se efectúa
por la observación de las
lesiones y el aislamiento del ácaro después de un raspado
cutáneo y su observación en el microscopio óptico con
un aumento de 4x ó 10x. Como medio auxiliar se puede
usar la clarificación en hidróxido de potasio –KOH–. La terapia
se realiza mediante el empleo de ivermectinas y, eventualmente,
mediante antiparasitarios de uso local. En
caso necesario se sugiere una terapia antibiótica de
amplio espectro para limitar las infecciones secundarias.
Es mejor no arrancar las costras, ya que caerán por sí
solas después de la terapia. Lo que sí es más importante
en este caso es desinfectar correctamente las superficies
internas de las jaulas y de los locales, para evitar que
puedan sobrevivir algunos ácaros y que se vuelvan a
instalar en los animales después del tratamiento.
Sarna psoróptica
Es una patología muy
frecuente en los conejos de
cría –véase Cunicultura nº
210– y cuyo agente
etiológico, Psoroptes
cunicoli –foto 4-, es
responsable de una otitis
externa muy pruriginosa.
Foto 3. Sarna sarcóptica localizada en la región nasal.
El intenso prurito provocado
por la sarna sarcóptica al que
está sometido el animal le
obliga a rascarse de forma muy
acentuada, provocando más
lesiones
Foto 4. Psoroptes cuniculi, agente etiológico de la sarna.
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Patología. Las enfermedades más importantes de la piel de los conejos
Esta patología se limita, generalmente, al conducto y
al pabellón auricular, y raramente sobrepasa estos
confines, difundiéndose también por otras zonas del
cuerpo del animal. A diferencia de la sarna sarcóptica,
no representa un peligro zoonósico. El ácaro vive sobre
la superficie de la piel y su
acción patógena se
desarrolla al romper las
uniones entre las células
epiteliales, determinando
así el derrame de suero y
sangre. El prurito causado
por la acción irritante de
la materia fecal expelida
por el ácaro y por la
coagulación de la sangre provoca que el animal se rasque
intensamente, aumentando la profundidad de las
lesiones y favoreciendo el implante de bacterias
secundarias que pueden ocasionar también la aparición
de infecciones más bien graves. El aspecto de las
lesiones en el interior del conducto auditivo –foto 5–
es bastante característico y suficiente para emitir un
diagnóstico, aunque a veces es necesaria la observación
al microscopio óptico –aumento 4x– para la
confirmación del mismo. Las costras que se forman al
principio son sólo visibles en el lumen del conducto
auricular externo, pero después se extenderán
sucesivamente por todo el resto del pabellón. La terapia
es la misma que se ha indicado para la sarna sarcóptica
y, en ambos casos, si se verifican infecciones bacterianas
secundarias, será necesario tratar con antibióticos de
amplio espectro.
Cheyletiellosis
La Cheyletiella parasitivorax es un ácaro
parasitario que suele estar presente a menudo en la piel
del conejo pero que, en general, no provoca
manifestaciones clínicas importantes, excepto en caso
de infestaciones masivas. Normalmente la infestación
es asintomática pero, en los casos graves, puede causar
alopecia y eritema de la superficie cutánea. Suele ser
más evidente en la región dorsal y provoca un picor
moderado y la formación de abundante caspa bien visible
a simple vista. Pero, a pesar de la peculiaridad de las
manifestaciones cutáneas, el diagnóstico tiene que
efectuarse a través del microscopio, sometiendo a
observación el material casposo extraído del animal o,
mejor aún, utilizando el test scotch, que consiste en
pegar a la piel un pedazo de cinta adhesiva transparente
y apoyarla seguidamente sobre un cristal de
microscopio; en este momento serán fácilmente visibles
tanto los ácaros como los huevos del parásito adheridos
al pelo. Para la terapia se pueden usar las ivermectinas,
pero también baños o espumas antiparasitarias a base
de piretrinas o derivados. Debe tenerse presente que la
cheyletiellosis es una zoonosis, aunque de escasa
importancia.
Dermatofitosis
En los conejos, las dermatofitosis, también
conocidas como tiña, son patologías micóticas bastante
frecuentes que se manifiestan
como zonas alopécicas
con desescamación de
la piel y cuyos agentes
etiológicos más frecuentes
son el Trichophyton
m e n t a g r o p h y t e s ,
Trichophyton gypseum y,
más raramente, el Microsporum
canis. Las lesiones se presentan con mayor
incidencia, por lo menos inicialmente, en torno a la
nariz, los ojos, en la espalda y en las patas bajo forma
de pequeñas áreas redondeadas, privadas de pelo, con
tendencia a la expansión en sentido centrífugo. El
diagnóstico se efectúa mediante observación al
La sarna sarcóptica es una
parasitosis extremadamente
contagiosa tanto para los
animales como para el hombre
Foto 5. Lesión característica de la sarna psoróptica
Foto 6. Cultivo de dermatofitis, infectadas (color rojo) y
no infectadas (color amarillo)
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Patología. Las enfermedades más importantes de la piel de los conejos
infección, vale la pena evaluar con atención la hipótesis
de una terapia preventiva. En el conejo de compañía se
utiliza el itraconazol a una dosis de 5-10 mg/kg cada
24 horas por vía oral. Este producto es bien tolerado
tanto por los animales jóvenes como por las hembras
en estado de gestación –a diferencia de la griseofulvina,
otro producto de acción antimicótica- pero el elevado
coste y la ausencia de estudios profundos sobre el
conejo de carne hacen difícil su utilización. Puesto que
la enfermedad no perjudica al consumo de la carne, salvo
que los animales alcancen el estado caquéctico, conviene
más hacer un vacío sanitario del local y proceder a
desinfectar el ambiente mediante flameado de las
superficies metálicas y sucesivas aspersiones con
hipoclorito de sodio –NaClO en una solución al 1:10– o
bien enilconazol al 0,2%. Muy eficaz resulta también el
formaldehído, pero no se aconseja su uso a personas
inexpertas debido a su
potencial cancerígeno.
Mixomatosis
La mixomatosis
–véase Cunicultura nº 193–
es una patología viral muy
contagiosa para el conejo
que puede transmitirse tanto directamente, del animal
enfermo al animal sano, como a través de vectores
artrópodos –mosquitos, pulgas, ácaros y garrapatas-.
Cuando se transmite a través de un vector es posible
notar sobre el cuerpo del animal un nódulo de
dimensiones variables que corresponde al punto en el
que el conejo ha sido picado –foto 8-. Este nódulo puede
ser de un tamaño variable entre un grano de arroz y una
avellana o una nuez. Después de un período de
incubación de entre 5 y 15 días se observará la aparición
de muchos nódulos sobre el resto del cuerpo, en
particular sobre el pabellón auricular, alrededor de los
ojos, en la nariz y en los genitales. Además de estas
microscopio óptico de las
hifas fúngicas presentes en
el pelo arrancado de la
parte más externa de la
lesión, o bien mediante
siembra del pelo sobre
medio Sabouraud, indicado
para el crecimiento de
estos micelios sobre los
cuales, al cabo de alrededor de cinco semanas y después
de incubación a temperatura de 36-37º C, será posible
observar la formación de las típicas colonias y el cambio
de color –foto 6-. El examen del cultivo permite también
identificar eventuales portadores asintomáticos que son
bastante frecuentes en el interior de las granjas de
conejos para carne y que representan la perpetuación
de la enfermedad, además de anular las operaciones de
saneamiento. Esta patología es transmisible al hombre,
manifestándose en forma de pequeñas lesiones
redondeadas, rojizas y con los bordes realzados –foto
7-. En caso de que la parte afectada fuera la cabeza, se
produciría caída del cabello.
Como hemos indicado, los conejos pueden ser
también portadores asintomáticos; en este caso la
enfermedad se manifestará en concomitancia con
factores ambientales estresantes, otras patologías o en
estados de embarazo o de lactancia, o bien con cualquier
otro fenómeno capaz de disminuir las defensas
inmunitarias. Vista la gran facilidad de transmisión de
la enfermedad y la capacidad de permanencia en el
ambiente de las hifas fúngicas, en caso de foco de
En las dermatitis, las infecciones
secundarias son muy frecuentes
y provocan un agravamiento
de la sintomatología
Los conejos pueden ser portadores
asintomáticos de la tiña,
que en situaciones estresantes,
podrá manifestarse
Foto 7. Lesión de dermatofitosis (tiña)
Foto 8. Mixoma primario en oreja y nariz
18 cunicultura Octubre 2010
Patología. Las enfermedades más importantes de la piel de los conejos
manifestaciones cutáneas, otros síntomas que
caracterizan a la enfermedad a medida que se va
desarrollando son fiebre, conjuntivitis, dificultad
respiratoria y abatimiento. La mortalidad es elevada y
varía entre el 50 y el 100%, en función de la cepa
implicada. Las lesiones son bastante características y
casi siempre suficientes para emitir un diagnóstico que
puede confirmarse mediante un examen en el
microscopio electrónico, o por medio de un test
serológico. Como prevención conviene vacunar
periódicamente a partir de los 40 días de edad, con
repetición semestral. En caso de foco de infección no
existen tratamientos específicos y es necesario proceder
al sacrificio de los animales infectados. Los animales
que superan la enfermedad pueden constituir una reserva
del patógeno durante largo tiempo.
Dermatitis húmeda del mentón y de la
región perineal
La dermatitis húmeda del mentón es una patología
asociada a menudo con problemas estructurales de la
jaula. Si el borde del comedero es demasiado alto puede
producirse el rozamiento del cuello contra la superficie
metálica y provocar, con el tiempo, primero tricotomía
y después pequeñas lesiones –foto 9– que podrán
complicarse con infecciones secundarias. Este tipo de
problema puede aparecer también en caso de defectos
en el bebedero, sobre todo cuando se utiliza la cubeta y
también en el caso de bebederos automáticos de
cazoleta. Afecta especialmente a aquellas razas que
tienen una papada muy desarrollada y prominente, ya
que la piel del cuello que entra en contacto con la
superficie húmeda acaba macerándose al cabo de poco
tiempo. Un fenómeno análogo se produce en el caso de
patologías dentales –maloclusión dentaria– que
comportan una excesiva salivación y acumulación de
saliva en la zona del mentón. La dermatitis perineal en
cambio aparece en el caso de ensuciamiento con orines,
heces diarreicas o acumulación de suciedad y es muy
frecuente en conejos con cistitis, mal de piedra,
hipercalciuria o que han recibido una alimentación pobre
en fibra durante largos períodos. La zona afectada se
presenta húmeda, inflamada y frecuentemente con
úlceras. Las infecciones secundarias son muy habituales
y provocan un agravamiento de la sintomatología y, a
menudo, la muerte del animal.
Miasis
Las miasis son parasitosis provocadas por larvas
de dípteros –moscas, foto 10– que colonizan los tejidos
de los mamíferos vivos. Los adultos depositan los
huevos en zonas calientes y húmedas del cuerpo del
animal, como las cavidades inguinales, heridas y llagas.
En el transcurso de las 24 horas siguientes de los huevos
saldrán las larvas que empezarán a alimentarse de los
tejidos muertos, de los tejidos vivos y de los líquidos
orgánicos –sangre, suero y pus–, aumentando de tamaño
y provocando heridas cada vez más profundas. En
condiciones normales y en animales de buena salud
raramente se encuentran miasis por lo que, además de
eliminar estos parásitos, es necesario también identificar
las causas que han propiciado que el animal se viera
afectado por este tipo de problemas. En general, los
factores predisponentes son la falta de higiene de las
jaulas, con acumulación de heces sobre el pavimento y
en las esquinas, la formación de llagas debidas a una
excesiva humedad y la aparición de infecciones de la
piel como consecuencia, tal vez, de algunas heridas.
De forma preventiva es conveniente dotar el interior
del conejar de trampas para insectos y efectuar
periódicamente y cuando se considere oportuno
tratamientos desinfectantes. Si el problema afecta sólo
a unos pocos individuos se puede proceder a la
extracción de las larvas y aplicar tratamiento con
antibióticos y cicatrizantes. ◆
Foto 9. Dermatitis en el mentón
Foto 10. Larvas de dípteros (moscas) localizadas en una herida
cutánea