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La maravilla blanca

01-01-1896

LA MARAVILLA BLANCA Nueva raza recientemente creada en los Estados Unidos de América (Véase correspondencia de Manchcstcr, SUMARIO Aviso á nuestros lectores. — SECCIÓN DOCTRINAL : Colombi-cultura, por Salvador Castellò. - CONSULTAS. —CORRESPONDENCIAS: La Maravilla blanca, por William Smith. — Las Sociedades y Exposiciones Avícolas, por Roger. — PARTE OFICIAL; Escuela de Avicultura de Arenys de Mar. Inauguración (conclusión). — Primer cursillo de 1 oAVISO á nuestros lectores De conformidad con la Circular distribuida con el primer número de esta Revista, rogamos d las personas que, recibiendo este número por remitírseles creyéndoles interesados en su lectura, que no deseen quedar como suscripto? es, nos lo notifiquen antes de fin de mes, pasada cuya fecha, consideraremos su respuesta como afirmativa, incluyéndoles en las listas de aquéllos. eecíon——-poctriimi Columbicultura LOS PALOMARES DE ANTAÑO Que la cría de palomas es productiva, lo demuestra el hecho de ver á todos los pueblos, desde la más remota antigüedad, criando esas aves y aprovechando sus rendimientos. No solamente es productiva la columbicultura (1), porque siendo los pichones ó palominos artículos de gran consumo se venden fácilmente, y á buen precio, sino que también la palomina, ó sea el excremento de las palomas» constituye uno de los abonos más eficaces en ciertos cultivos; y como se paga bien, algunos conceden tanta importancia á la producción de aquéllos como de esta última. En Egipto existen poblaciones enteras dedicadas á la cria de palomas con el único objeto de vender la palomina, y la descripción de algunos viajes á los bordes del Nilo, en los que se habla con frecuencia de las numerosas bandadas de palomas que cruzan sin cesar el espacio en aquellas regiones, corroboran los escritos de los autores que afirman ser antigua costumbre en el pueblo egipcio. De las investigaciones recientemente practicadas en los archivos parroquiales y municipales de la alta montaña de Cataluña, por el distinguido publicista D. Francisco Carreras y Candi, siem- (1) No extrañen nuestros lectores vernos usar la palabra columbicultura en vez de columbicultura, ya que nos parece más castiza, como derivada de calumba y no de columba. pre á la zaga de cuanto pueda arrojar alguna luz sobre las costumbres de nuestros antepasados, y especialmente de nuestra querida tierra catalana, se desprende que, en los siglos vi 11 y ix de nuestra era, la cría de palomas se halló muy generalizada en Cataluña y que ya en aquella época el mercado de Baicelona engullía todos sus productos, habiendo recogido datos curiosísimos del precio de los pichones y palomas domésticas, así como de las torcaces y silvestres en aquella plaza, los cuales permiten afirmar que, si nuestros abuelos, de espíritu más práctico que el que reina en nuestros tiempos, criaban palomas y aun á pesar de los difíciles y lentos medios de comunicación de que disponían, conceptuaban la industria p r u d u c 1 i v a , con mayor razón lo ha de ser en nuestros tiempos, en los que las razas se han perfeccionado, los medios de conducción al mercado son más fáciles y rápidos, y, sobre todo, el precio de los. pichones y palomas se ha encarecido, pagándose hoy 8 y 10 reales por un par de palominos que antaño sólo podían costar algunas monedillas de cobre. Cuando el Sr. Carreras publique sus investigaciones, con seguridad obtendremos nuevos datosde la columbicultura en aquellos tiempos. Interinamente, podemos afirmar que aquella industria se hallaba tan generalizada en los siglos xni y xiv, no sólo en Cataluña sino en todo Europa, que hasta la agricultura debió resentirse del gran número de palomas que, devastando los campos, causaba enormes perjuicios á las cosechas, pues se dictaron órdenes represivas que produjeron el cierre y derribo de numerosos, palomares. Y como consecuencia del régimen político de aquellos tiempos, los señores Feudales ó de Término consideraron que el mejor procedimiento era reservarse el derecho de criar palomas, obligando á sus vasallos á respetarlo, imposibilitándoles el ejercicio de la industria palomera. De ahí el origen del derecho de palomar citado en numerosos documentos del tiempo feudal y reglamentado por los legisladores, del cual, si pocos datos hemos podido recoger en España, son muy curiosos los que nos facilitan Las Costumbres de París y de Orleans, en las que no sólo se previene que el derecho de palomar es prerrogativa Una calle de palomares en Egipto de la nobleza, sí que también se determina que. no es sólo el título el que la hace acreedora al mismo, sino la extensión de sus fincas, al objeto de que, concediéndose sóloá las muy extensas, las palomas al salir del palomar, no puedan causar estragos á los predios vecinos, debiendo el mismo dueño soportar los inconvenientes de la industria. Este último detalle nos dice el régimen interior de los palomares de antaño. Por lo visto, debían estar poblados, en su mayoría, de palomas zuritas, ó sea la columbio, hvia en semidomestici-dad, á las que sólo darían comida en invierno, cuando la nieve, cubriendo el suelo, no les permitiese encontrar alimento, pero, abandonando por lo general su sostenimiento á sus propios Palomar señorial de ja Abadía de San Theodard, cu el Tarn Siglo xví instintos y dejándola que proveyeran por sí mismas á sus necesidades. Así se explica algún tanto que, á pesar del reducido precio de venta, la cría de palomas fuere productiva, compensándose hoy el mayor coste de producción por el aumento de precio de los productos. El sabio y popular escritor del siglo xvi Fr. Miguel Agustí, en el capítulo decimoquinto de su tan celebrado tratado de agricultura que, impreso en Barcelona en 1617 y bajo el título de Secrets de agricultura, casa rústica y pastoril, se encuentra aún entre los libros viejos de las casas de labranza, no sólo de Cataluña sino de toda España, por haber sido traducido al castellano por el mismo autor é impreso en numerosas ediciones en Perpiñán (Rosellón), Barcelona y Madrid (última edición en 1762), se habla de la cría de palomas como muy productiva al agricultor, estudiando el asunto bajo el epígrafe de Secretos de tas palomas y de los palomares. También el Prior, que así se llamaba en vida á Fr. Agustí, señala la existencia del derecho de palomar en nuestra tierra, cuando en un párrafo del mencionado capítulo nos dice: «Son los provechos que se sacan de los palominos del palomar, no menores que los que se sacan de otros animales volátiles, principalm<? 11 te vendiéndolos, á más que todo el año van multiplicando en gran número, y esos son á cargo de la Madre de Familias de la Casa de Campo, de los cuales vende hasta dos ó trescientos cada muda (1) y no dan así gran trabajo, como hacen las demás aves; verdad es que son de grande daño para las tierras y por este respecto no se permiten los palomares hechos á modo de torre maciza y fuerte sino en la Casa en algún aposento (2), sino es á los Señores de los Términos, y en los lugares donde haya muchas tierras de cultivación.» Es verdaderamente notable la riqueza de detalles con que el Prior habla de las palomas, acompañando consejos y dictando reglas altamente prácticas que prueban el buen criterio de Fray Agustí y lo muy al corriente que se hallaba de la colum bicultura. Determina en su libro el buen emplazamiento ú orientación del palomar y su construcción sin olvidar ningún requisito. Recomienda que las paredes estén bien alisadas y que por la parte de afuera se pongan algunas fajas de ladrillo vidriado, así como también á los bordes de las ventanas, evitando asi la entrada de los ratones. Para asustar las serpientes, gatos y comadrejas, señala las ventajas de tener colgada del techo del palomar una cabeza de lobo, cuyo hedor ó fealdad asusta á aquellos animales. Al tratar de la población del palomar, habla de la influencia del color del ave y dice «son buenos los palomos color ceniza, pardos ó negros. Los calzados y capelludos son los más placientes y mansos; los que tuviesen el cuello dorado y los ojos y los pies colorados son los más seguros y que más producen: los blancos son los más difíciles en levantar y son muy sujetos al peligro de las aves de rapiña, y los rojos no multiplican mucho.» Habla también Fr. Agustí, en su precioso libro, del modo de amansar ó, como hoy decimos, aquerenciar las palomas, recomendando como alimentos para obtenerlo el mijo, los yeros, el comino, las lentejas templadas con agua miel ó cocidas con mosto, y los higos secos mezclados con harina de ordio (cebada) y.miel. Señala con igual objeto las ventajas de poner encima del tejado una paloma de piedra, un murciélago ó una rama de vid selvática, fregar ó ungir las puertas, ventanas y rincones con aceite de hierba buena ó de oropea. añadiendo que, impregnándose de aquellos olores, no sólo vuelven ellos sino que atraen otros. Con respecto á la higiene no está tampoco atrasado el Prior, pues habla ya en aquellos tiempos de fumigaciones, diciendo «desahumaréis el palomar con henebro ó romero y, algunas veces, (1) El autor supone, sin duda, que sus lectores saben que las aves mudan cada año.—N. de R. (2) Esto es, en reducida escala y teniendo las palomas cautivas.— N. de R. con algún poco de incienso puro.» Recomienda mucho la limpieza, especialmente en verano, y sobre todo, que las palomas tengan á menudo el baño á su alcance. Finalmente, señala la importancia de la palomina como abono y agente terapéutico en ciertas enfermedades. En forma de cataplasma, con aceite de filosofía (?) simiente de berros y mostaza contra la gota ciática, y quemándola y mezclándola con aceite de nueces y friccionando la cabeza contra la jaqueca. Todo viene, pues, previsto, en aquel libro viejo, que dijo ya tanto en aquellos tiempos. Una sola Exterior de un palomar de! siglo xiv en Neslc(Oísc') cosa me llamó la atención al leerlo y es que habla de la muda en Marzo, cuando en nuestro país sólo empieza en Mayo, llegando á su pleno en Julio y Agosto. ¿Acaso el clima de la Península Ibérica ha sufrido tal cambio desde principios del siglo xvn, en que escribe el autor que, hasta ha podido determinar un cambio de época en aquel período de la vida de las aves?... Como ha podido verse, los palomares fueron considerados en aquellos tiempos como muy productivos, y aunque reglamentados por las leyes feudales, debieron abundar extraordinariamente. La Revolución, al abolir las prerrogativas de la nobleza, dejó sin valor las antiguas leyes, y en su odio y furor contra aquélla, destruyó cuanto podia recordarle su poderío, sin que los palomares que en pintorescas y ricas torres señalaba los términos de los predios señoriales, fueran respetados, ni siquiera por la utilidad que en lo sucesivo podian reportar á la gente del nuevo régimen, derribándolos y privándonos de admirar aquellas interesantes construcciones. Afortunadamente algunas escaparon á la obra destructora, conservándose buen número de ellas en algunas regiones españolas, y especialmente en Francia, siendo aún numerosos los palomares antiguos bue admira el viajero al cruzar el Languedoc, y particularmente el valle del Tarn, complaciéndonos en reproducir alguno de los mejores que se han conservado, cuyo dibujo, que corresponde por cierto en todo á la descripción que de los palomares hace Fr. Miguel Agusti en su obra, da idea suficiente de lo que fueron los palomares de antaño. Salvador Castelló. Sr. D. A. Q.—Veiga (Galicia). 1, ° Bien está el empleo de leche y harina de cebada ó maíz para los polluelos en su primera edad, pero no la dé usted hasta los ocho días substituyéndolo la primera semana por huevos duros y migaja de pan con lechuga bien triturada. El arroz es también muy bueno. Como alimentación verde sólo puede recomendarse durante el primer mes la lechuga y la ensalada. Es conveniente dar alguna substancia caliza para el robustecimiento y desarrollo del hueso. 2, " Es difícil precisar la cantidad de alimento que hay que dar según el número de gallinas. Esta varía con la alimentación, si están libres ó en estabulación permanente y hasta con la raza de gallinas de que se disponga, pues unas comen más que otras. El mejor regulador está en el buche del ave y una simple ojeada al gallinero basta para apreciar si quedan satisfechas. Debe procurarse que no sobre comida, pues fácilmenic se malogra. Aquí se da cocimiento de verduras y legumbres con salvadillo ó tustos y algunas asaduras de ternera ó buey hervidas con aquéllas, una ración verde y otra de granos. 3.0 El caso que usted presenta es el de una indigestión ingluviaí con acumulación de substancias no'digeridas en el esófago. Provóquese el vómito dando aceite y colocando el animal boca abajo, y en último caso, ábrase el esófago, con bisturí ó tijeras, vacíese y desinféctese con agua bórica al 1 por 100. Purgúese al enfermo con pildoras de ruibarbo de medio gramo, tres al día, y dieta rigurosa durante 48 horas. 4.0 Una clueca deja de serlo fácilmente bañándola tres veces al día, purgándola y teniéndola en sitio obscuro sin comer y sin que tenga ningún objeto que la invite á acluecarse. Sr. D. F. R. — Ciudad Real. La afección que por los síntomas que nos describe creemos pueda tener sus gallinas es el catarro nasal contagioso (vulgo muermo) ó coriza. Limpíense las narices y paladar dos veces al día y lávese é inyéctese con una bombilla en las primeras una disolución de alumbre, 5 gramos, y sulfato de zinc 3 gra mos por 100 de agua destilada o bien agua fenicada al '/s por 100. Dése mucha cebolla cruda y déjese obrar la naturaleza que por lo general devuelve la salud al animal antes de i.° de año. La maravilla blanca Manchester, Agosto de 1896. Con tal nombre ha sido bautizada la reciente creación de los americanos, cuyas formas representa el grabado que acompaña la portada de este número. Incansables los Estados Unidos en cuanto signifique adelanto y progreso, han producido numerosas razas de gallinas cuya belleza y robustez causó siempre general admiración en el viejo continente; mas no satisfechos con sus producciones conocidas, no ha mucho se han librado á una serie de razonados cruzamientos que dieron por resultado la creación de una nueva raza de extraordinaria corpulencia, á la que por su belleza se dio el nombre de Maravilla blanca. Los avicultores ingleses y franceses que han tratado de investigar los elementos que entraron en la formación de la nueva raza, no se pronuncian aún de una manera categórica, sin fijar con seguridad los cruces que la han producido; sin embargo, todo permite creer que no le son ajenas la raza Wiandotte y Brahmapootra ó Cochin-china blanca, todas ellas muy generalizadas en aquel país. Su color es blanco purísimo y su cresta rosa vivo y rizada bien destacada de la cabeza. La cara y barbillas de igual color que aquélla. El plumaje es purísimo, llamando la atención las largas plumas del cuello y el penacho de la cola, que aún que de plumas poco largas, es muy tupida y airosa. Las patas amarillas y poco emplumadas, desapareciendo así las inútiles plumas de las razas Brahma y Cochinchina, quedando la esbeltez de la Wiandotte, de la que La Maravilla blanca conserva la carne amarilla, y la extraordinaria postura, condición que si por lo que se refiere á la producción de huevos le es ventajosa, no lo es tanto en cuanto á finura de carnes, pues así la Wiandotte como las otras dos razas mencionadas, no se distinguen por ser muy sabrosas. Como, por otra parte, los americanos afirman que La Maravilla blanca es de carne finísima, tal vez ha podido entrar en su creación algún elemento que no puede adivinarse á la vista de los dibujos que han llegado á Europa en las Revistas avícolas americanas, pero es de esperar que no tardaremos en ver figurar la nueva.raza en próximas exposiciones, pudiendoentonces determinarse con mayor fundamento su verdadero origen* Entretanto me complazco en dar á conocer su existencia á ios lectores de la Avicultura práctica, satisfaciendo así mi deseo de tenerles al corriente de los menores adelantos de la avicultura moderna. ttt 0 WlLLIAM &mith Las Sociedades y Exposiciones avícolas Bruselas, Septiembre de 1896. Al debutar como colaborador de La A vicultu ra Ppráctica, tengo sumo gusto en saludar álos avicultores españoles que en lo sucesivo han de leer mis correspondencias, ofreciéndoles hacer cuanto pueda para tenerles siempre al corriente de lo que ocurra en el mundo avícola, y especialmente en Bélgica é Inglaterra, con cuyas asociaciones avícolas me hallo más relacionado. Corte vertical y horizontal del antiguo palomar de Nesle Bélgica hace todos los años grandes progresos, y después de Inglaterra es ciertamente el país que celebra mayor número de exposiciones. A pesar de ser éstas muy numerosas, todos los concursos rivalizan en cantidad y calidad. Esta última se perfecciona en cada exposición porque muchos aficionados llevan á cabo grandes sacrificios pecuniarios para obtener á precio de oro aves de primer orden. El período de exposiciones va á inaugurarse, y sin contar los numerosos concursos que organizan los comicios agrícolas, los grandes certámenes debutarán por el de Borgheront-les-Amers, que se verificará en los días 7, 8 y 9 de Noviembre próximo y será la novena exposición de avicultura organizada por la Sociedad drjet Neerhof de Bor-gheront». Vendrá luego la de Lieja, los días 3, 6 y 7 de Diciembre por «L/Union Avicole». El 30 y 31 de Enero de 1897, se inaugurará la octava gran Exposición Internacional de Avicultura organizada por la «Sociedad Nacional de Avicultores belgas», en Bruselas. que ha de distinguirse por la proverbial cortesía belga, no podrá menos que redundar en provecho de la avicultura, estrechando las relaciones entre los avicultores de lodos los países. Nuestros vecinos franceses también organizan algunas exposiciones de importancia. La primera se verificará en Lillc los días 21, 22 y 23 de Noviembre. Después la «Sociedad nacional de Avicultores de Francia», dará en París, durante el mes de Octubre, su exposición anual, siendo aún otros certámenes los anunciados para antes de terminal" el año. No cerraré mi primera correspondencia sin hablar de los nuevos clubs avícolas recientemente creados en Bélgica. Señalaré, desde luego, la nueva «Sociedad de combatientes enanos», cuya primera exposición tendrá lugar los días 7, 8 y 9 de Octubre, y finalmente, el nuevo «Club de razas belgas»; cuya creación está Jlamada á prestar grandes servicios á la avicultura práctica y especialmente á la cría de todas las razas belgas. Rogei* Parte OFICJ Imerior de un palomar en Creieil, cerca dje París. Siglo xiv En fin , Gand, Tournai y Namur, sin haber fijado aún el día de sus exposiciones, las tendrán probablemente en Diciembre ó Enero próximos. Además de esas exposiciones que se celebran anualmente, tendremos en 1897 y con motivo de la gran Exposición Universal de Bruselas, un extraordinario concurso de avicultura que tendrá lugar en el magnífico parque real de Tervueren. La Comisión organizadora de esa Exposición se ha reunido ya al objeto de discutir y dar publicidad al programa de la misma. Sabemos que los premios serán de gran valor y en metálico, y podemos asegurar que presenciaremos una magnífica lucha avícola, pues los aficionados ingleses, franceses, holandeses, alemanes, suizos, y hasta los nuevos amaleurs españoles ya laureados en certámenes belgas, nos mandarán sus mejores colecciones de aves para luchar con las de nuestro país. Ese concurso Escuela de Avicultura de Arenys de Mar 1NAUGUKACION (Conclusión) Hoy Cataluña parece dispertar de un profundo letargo disponiéndose á reclamar el buen lugar que le corresponde por las excepcionales condiciones climatológicas en que se encuentra; condiciones sumamente favorables al fomento de la avicultura, exisiiendo va numerosos establecimientos de propieiarios é industriales decididos que han arriesgado en la empresa sumas consideiable¡>, empleadas, me complazco en consignarlo, coh gran inteligencia, y hasta la gente del campo se anima, habiendo vislo simples pavesas pagar una peseta la pieza por huevos de raza, cuyos polluelos se destinan al cruce con las razas del pais que tratan de perfeccionar, pues la ven completamente degenerada. Al hablar de la gallinicuhura como industria, interesa hacer resaltar que los avicultores de corazón, los que tenemos fe en esa importante rama de la agricultura, no pensamos ni remotamente en ese impulso que hoy parece quererse dar en harcelona á la avicultura, lomeniando la cria de gallos de combatepara exhibirlos y obligarlos á pelear en público, pues no entra tal especulación en nuestro orden de ideas. Tras del gallo que riñe y del reñidero, se oculta el fomento de algo más que no interesa al buen avicultor, y queá nosotros, francos defensores de la verdadera galünicultura indus-irial. nos entristece y repugna en extremo. Afortunadamente, como he dicho, la galünicultura en el buen sentido de la palabra, progresa y hora era dé que así fuera, pues el lastimoso abandono á que se la ha tenido ha sido causa de que España haya venido á ser tributaria hasta de lejanas (ierras. Barcelona recibe por mar v tierra millones de gallinas que semanalmente sostienen sus mercados y los de las poblaciones comarcanas. Los huevos vienen en cargamentos enteros que tardan días y días en llegar, trayérulónos huevos que se venden por frescos sin poder serlo. Italia, Rusia. Portugal, Turquía y Francia, inundan los mercados españoles que por si solos podiían hasta dar para la exportación. No presumimos que tal pueda lograrse, pero sí que podríamos y debiéramos defendernos mejor de lo que hasta hoy hemos hecho. Éri tales momentos, abre sus puertas la primera escuela de avicultura española. Poco es lo que su director sabe y mucho lo que hay que enseñar. Dotado, sin embargo, de una gran dosis de buena voluntad, ferviente apóstol de la galünicultura industrial, y decididoácontribuir activamente al fomento de aquélla, pone sus escasos conocimientos y su granja ai servicio del público como el medio más eficaz para lograrlo. ¿Cómo pedir buenos avicultores si no hay donde formarlos? ¿Como hacer práctica sin exponer intereses, no habiendo un centro docente cuyas puertas siempre abiertas permitan ai interesado ejercitarse antes de trabajar por su propia cuenta? Kste es el vacío que, á pesar de sus muchas deficen-cias y de la sencillez con que ha debido montarla un simple particular, sin auxilio material de nadie y esperándolo todo de la protección moral del Estado, las autoridades y las corporaciones interesadas, viene á llenar nuestra Escuela. Recíbala el público con la confianza que le merezca; acudan ó no á nuestras aulas alumnos á los que ansiamos comunicar cuanto nuestra escasa experiencia nos ha enseñado, nuestra misión estará cumplida, y si desgraciadamente vemos desiertas nuestras aulas, si nos viéramos obligados á cerrar la escuela por falta de alumnos, nos sentiríamos abatidos, si se quiere, pero satisfechos de haber hecho algo, dentro de lo que permitan nuestras propias fuerzas, para el bien del suelo que nos vi ó nacer. Y si por el contrario nuestro ejemplo se imitara, si nuevas Escuelas venían en otras poblaciones á propagar con nosotros principios tan útiles como los que van á ser objeto de nuestras enseñanzas, entonces nos complaceríamos al ver que Jo que hoy sembramos da sus frutos, sintiendo en este caso orgullo, si orgullo puede haber en este mundo, al poder decir que Arenys de Mar, el pueblo en que nacimos, la blanca perla de la Costa de Levante de Cataluña les dió el ejemplo, y sin apoyo de nadie la tuvo antes. He dicho. Acto seguido D. Isidoro Aguiíó, ingeniero agrónomo jefe del servicio agronómico de la provincia de Barcelona, pronunció un elocuente discurso (i) en el que después de ensalzar las ventajas de la especialtpación y tributar calurosos elogios á los que como los Gironas, Rosal, Soldevila, Rayen tós, Casa novas y otros, habían sabido especializar, implantando en Cataluña industrias agrícolas altamente necesarias y productivas; examinó el estado actual de la avicultura en España, señaló la absoluta necesidad de la importación, por no producir el pais lo que consume, dando á conocer con cifras sorprendentes la importación actual, que se eleva por lo que solamente á Barcelona se refiere, á algunos millones de aves, y después de citar el ejemplo de Mondan, Le Mans y La Bresse, en Francia, poblaciones pobres que la avicultura ha enriquecido, cantó las innume- ( i) Por falta de espacio, reservamos para otro número la publicación íntegra del concienzudo trabajo del Sr. Agüitó. Palomar del siglo xvn en el Languedoc rabies ventajas que podía tener en lo sucesivo la existencia de un centro docente donde los agricultores y propietarios pudiesen mandar alumnos en busca de instrucción, y el adelanto que representaba la creación de la primera escuela de avicultura española. Examinó detenidamente el programa de los estudios y el plan de enseñanza, que halló completo y de resultados prácticos, y expuso su juicio sobre las instalaciones de la escuela, que elevó á la altura de las primeras del extranjero, terminando con un caluroso elogio al señor Castelló, para quien reclamó de las autoridades presentes al acto, todo su apoyo y el del Gobierno, ofreciendo desde luego al establecimiento el suyo propio. El Excmo, Sr. D. Bernardino Martorell, presidente de la Comisión del «Instituto Agrícola Catalán de San Isidro», dió las gracias al señor Castelló por el bien que con su nueva industria hacía á la agricultura catalana, fomentando una de sus ramas más productivas. Dijo que España era uno de los países en que la avicultura podía ser más productiva, por ser la volatería artículo de gran consumo, hasta el punto de haber sido bautizada por los extranjeros con el nombre de país del caldo de gallina, y terminó ofreciendo á la nueva escuela toda la protección y el apoyo de la Asociación cuya representación presidía. D. Andrés de Ferrán, secretario del Instituto, saludó al señor Castellò, como hijo de D. Salvador Castellò y Sala, uno de los fundadores del mismo, y de sus socios más activos, á quien dedicó un sentido recuerdo. Don Zenón de Poi, alcalde constitucional de Arenys de Mar, congratulóse de que en aquella villa se creara la primera escuela de avicultura española; felicitó al señor Castellò, hijo de la misma, y le ofreció el eficaz apoyo de la Corporación municipal que presidía. En parecidos términos habló D.José Busquets, que llevaba en el acto la representación de la Diputación provincial, la cual dijo estaba dispuesta á favorecer cuanto podía redundar en bien de la provincia, y que por lo tanto patrocinaría la obra del señor Castellò, á quien deseó feliz éxito en su empresà. El Excmo. Sr. D. José M.a Planas y Casáis, visiblemente emocionado, recordò el corto tiempo que llevaba representando el distrito en el Congreso, y las muchas satisfacciones que había sentido en el mismo, al ver su actividad, de la que era prueba fehaciente la creación de la Escuela del señor Castellò. Felicitóse de representar el distrito de Arenys de Mar, y tributó calurosos elogios al propietario y director de la nueva escuela, que dijo estaba plenamente convencido de que tenía que dar resultados eminentemente prácticos. Pidió al señor Castellò, que en cuantas ocasiones creyera podía serle útil su apoyo personal y el del cargo que ocupaba; que acudiera á él, seguro de que tenía que hacer cuanto estuviera de su parte para la prosperidad del establecimiento que con tanta solemnidad y en tan favorables condiciones se inauguraba. Finalmente, resumió los discursos el excelentísimo señor Gobernador civil de la provincia, quien en entusiastas frases ensalzó la empresa del señor Castellò; echó una ojeada sobre el deplorable estado de la agricultura española, y culpó del mismo, no á la falta de protección sino á la desidia de los propietarios que abandonaban sus fincas, sin cuidar en lo más mínimo de su prosperidad. Dijo que si el ejemplo del señor Castellò fuese imitado por todos los agricultores españoles, dedicando cada uno sus fincas á la explotación más apropiada, la agricultura prosperaría, levantándose del lastimoso estado en que se halla. Finalmente y felicitando calurosamente al señor Castellò, á quien ofreció dar cuenta de" aquel solemne acto al Gobierno de S. M., terminó declarando abierta la primera Escuela de Avicultura española, establecida en la «Granja Paraíso», en Arenys de Mar, 1 Primer cursillo de 1896 Abierta la matrícula el día 4 de Mttyo, inscribiéronse cuatro alumnos, que desde aquella fecha hasta el 31 de Agosto en que terminó el cursillo de Gallinicultura é Industrias auxiliares han venido asistiendo á las coníerencias y explicaciones teóricas dadas en el aula del establecimiento, prestando, además, servicio activo en la granja, en la que desempeñaron á satisfacción de la dirección cuantos trabajos prácticos -les fueron confiados, siendo llamados á exámenes para el día 6 del corriente. Constituido el tribunal á las 9 de la mañana deesa lecha, bajo la presidencia del excelentísimo Sr. D. José M. Planas y Casáis, diputado á Cortes por el distrito de Arenys de Mar y catedrático de la Universidad de Barcelona, actuando de secretario D. Felipe Ferrer y Ferrer, abogado y propietario-agricultor, con asistencia del señor D. Francisco Valls y Ronquillo, director de la Escuela de ciegos y sordo-mudos de Barcelona, que accidentalmente se hallaba en Arenys, y del director de la Granja-Escuela, fueron examinados tres de los cuatro alumnos que empezaron el curso, adoptándose el procedimiento de examen vigente en los centros docentes del Estado, ó sea el sorteo de tres lecciones entre las 60 que tenía el programa. Oídos los ejercicios teóricos y la resolución de varios casos prácticos á que fueron sometidos los examinados, el tribunal deliberó sobre el resultado del examen, acordando proponer al director del establecimiento la concesión del diploma y certificado de capacidad para los alumnos D. José Bombi y Roget, D. Pedro M. Puig y Estapé y D. Francisco Castelló y Molas, y que atendido la brillantez é igualdad de los exámenes de los tres señores mencionados, el diploma fuera acompañado de la certificación de sobresaliente que acreditara su capacidad y grado de conocimientos para el ejercicio de la avicultura como industria. Llamados nuevamente los alumnos, el señor Presidente les dirigió una oportuna alocución, poniéndoles de manifiesto los servicios que pueden prestar á la agricultura con los conocimientos adquiridos al lado del Sr. Castelló, director de la Granja-Paraíso, á quien felicitó por los primeros resultados obtenidos, y encargándoles finalmente que no dejaran de ejercer su nueva profesión, dio por terminado el cursillo de 1896. Tipografía «La Académica», de Serra HB0» y Russell, Ronda Universidad, 6; Teléfono 861.—Barcelona

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