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SERGA: una ampliación del centro de selección y multiplicación con excelentes resultados productivos

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En Aras de los Olmos, una población a medio camino entre Valencia y Cuenca, se encuentra el centro de selección y multiplicación de Alejandro Sebastián Cubel, que además se completa con un centro de inseminación que opera bajo la marca SERGA...

SERGA: una ampliación del centro de selección y multiplicación con excelentes resultados productivos

Marisa Montes

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En Aras de los Olmos, una población a medio camino entre Valencia y Cuenca, se encuentra el centro de selección y multiplicación de Alejandro Sebastián Cubel, que además se completa con un centro de inseminación que opera bajo la marca SERGA. A finales del año pasado, esta empresa fue noticia porque amplió sus instalaciones. Visitamos ahora estas recién estrenadas naves, a las que se han incorporado todos los avances y materiales de gran calidad.

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Alejandro Sebastian Cubel, ingeniero técnico agrícola, comenzó en el mundo de la cunicultura en el año 1996. En 2002 decidió comprar la empresa que posee ahora a sus antiguos dueños, que se dedicaban a la inseminación, y a partir de aquí, fue consolidando la actividad, que acabó ubicándose en Aras de los Olmos (Valencia), una localidad que se caracteriza por su tradición agrícola y ganadera. De hecho, vive principalmente del cultivo de secano, alternando el cereal, la almendra y la vid. Su ganadería, que tradicionalmente era ganado lanar y caprino, ha ido cambiando hacia ganadería intensiva, destacando el auge de la cunicultura. Precisamente, junto con SERGA, la empresa de Alejandro Sebastian Cubel, se contabilizan cinco empresas cunícolas en el municipio.

En este centro trabajan con la línea LP, de la que consiguen 11,8 nacidos vivos/parto, y la línea H, de la que obtienen una prolificidad de 10,8

En el año 2003, Alejandro realizó una nueva instalación que ya englobaba un centro de inseminación y una granja de multiplicación en las mismas instalaciones. Posteriormente, compró unos terrenos en 2005, y dos años después inauguraba el nuevo centro de inseminación, que ahora ya se situaba alejado de cualquier núcleo cunícola. Aquí tiene en producción 480 machos más la reposición. En 2007, la explotación recibió un reconocimiento: su consideración como una de las dos mejores granjas cunícolas por la Generalitat valenciana en el libro Avances tecnológicos en explotaciones de la Comunidad Valenciana. En el año 2008, pasó a ser centro de selección de la red UPV1.

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Sistema de recogida del estiércol.

Cuando hablamos de un centro de selección nos referimos a una explotación que se dedica a seleccionar las bisabuelas que producen las abuelas. La multiplicación, por su parte, son las abuelas que producen las F1, que son las hembras que de aquí salen para venderse a granjas de producción.

En este centro trabajan con la línea LP –de la que consiguen 11,8 nacidos vivos/parto–, y la línea H, de la que obtienen una prolificidad de 10,8. Se trata de las líneas longevo productiva e hiperprolífica –bisabuelas- y la de abuelas. En cuanto a su centro de inseminación, que no fue motivo de la visita, produce ya entre 33.000 y 35.000 dosis al mes, que vende a clientes de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Teruel e incluso Malta o Marruecos.

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Se duplicaron las bocas de los silos para no tener que comprar otros nuevos para las dos naves de la ampliación.

Una ambiciosa ampliación

Ahora la novedad es la ampliación de estas dos nuevas semi-naves de selección y multiplicación, alejadas unos tres kilómetros del centro de inseminación. A medida que visitábamos el flamante edificio, Alejandro explicaba que tenía la necesidad de trabajar con vacíos sanitarios. Así, gracias a una subvención que logró que le aprobaran, pudo acometer una obra de envergadura y levantar dos naves grandes perfectamente aisladas y con las últimas tecnologías.

En estas instalaciones tan recientes, lo primero que se advierte es el sistema de recogida del estiércol, ya que en el extremo exterior de las naves es donde está la llamada zona sucia. Está hecho de tal manera que el camión sólo tiene que situarse debajo del sistema de extracción y todo el estiércol caerá encima. A la izquierda se encuentra una de las naves, la inicial; a la derecha, las dos semi-naves nuevas –jaulas polivalentes en ambas para maternidad y engorde- que costaron unos 250.000 euros.

Para amortizar la inversión, Alejandro ideó un sistema de duplicación de las bocas de los silos que ya tenía –de Nanta, igual que el pienso que suministra-, para no tener que comprar más silos. Así, puede verse la salida de los tubos hacia las nuevas naves, en las que ha incorporado filtros de finos.

Utiliza cuatro tipos diferentes de pienso: de madres, de engorde, de retirada y de reposición. Tiene la posibilidad de probar el sistema de racionamiento del pienso porque el sistema informático se lo permite, y esto, unido a la buena ventilación, hace que su granja esté bastante a salvo de patologías.

La primera nave que construyó aquí está equipada con jaulas de la empresa Meneguin, y hay que recordar que, como curiosidad, tiene una cubierta de placas solares para comercializar la luz, un negocio aparte del cunícola. Nos cuenta que en el primer año ya sacó un 16% de rentabilidad.

Las nuevas naves, de Gómez y Crespo, que también es la firma de las jaulas, se caracterizan por un excelente control ambiental y un aislamiento poco visto en cunicultura: 4 cm de grosor, un hueco de 20 cm en medio y por último una segunda placa de otros 4 cm (en total, ¡28 cm de aislante!). Esto en todas las paredes y en el techo de las naves. Aunque en este municipio los inviernos son fríos, en esta explotación ni se nota: los partos, por ejemplo, tienen lugar a 18,5ºC. “¡Los gazapos están mejor que en mi casa!”, bromea Alejandro.

Todas las superficies son muy lisas, hechas con un cemento muy fino que destaca, por ejemplo, en los pasillos entre filas de jaulas, de manera que la limpieza es fácil y efectiva. De nuevo, si a la estructura sumamos una ventilación óptima, el resultado es que la nave se puede mantener perfectamente limpia, y lo cierto es que es una cosa que destaca cuando se accede al interior, sin rastros de pelos ni otras suciedades.

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La bioseguridad es muy importante en esta explotación. Las naves están valladas y los vestuarios, a cierta distancia del centro de selección y multiplicación.

El cerebro de la granja

Antes de entrar en las naves se accede al almacén, donde vemos el filtro de finos, los tubos de distribución del pienso –TIGSA-, el cuadro eléctrico de seguridad, preparado para trabajar a 12 voltios, y la cabeza de la granja: el ordenador que vende Nanta para el citado racionamiento, que además regula el fotoperiodo: dónde empieza la luz y cuándo acaba, es decir, el número de días de luz que se le quiere aplicar, que en el caso de Alejandro es de 18 horas la semana antes de inseminar. Relacionada con la luz hay que destacar la fotocélula que se encuentra en la fachada de la nave, justo antes de entrar, que es capaz de captar la intensidad de luz que hay en el exterior –especialmente útil en los días nublados- y así calcular este parámetro mejor.

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El cuadro eléctrico.

El ordenador también regula la extracción de basura, si se saca el estiércol al final del ciclo, cada día o cuando quiera. La refrigeración se calcula en función de una curva, como en los pollos de engorde, en función de los kilos que entran. También controla la calefacción, los coolings –de Exafan-, los ventiladores –de Euroemme, aunque nos comentó que los compró a través de Nanta-, etc. En este punto, nos explicaba que considera la temperatura exterior para la temperatura mínima. Para la máxima, los parámetros son diferentes, es la interior la que manda. Además, cada una de las dos naves nuevas está precedida por una malla que refuerza el buen funcionamiento de la ventilación, y en la que se puede ver un croquis de la situación de cada animal en la nave. Así, puede comunicar al empleado que revise a tal o cual animal.

El centro consta de una naves inicial y a su derecha, las dos semi-naves nuevas –jaulas polivalentes en ambas para maternidad y engorde- que costaron unos 250.000 euros

Lo más difícil de manejar de este aparato, para Alejandro, es el racionamiento del pienso, los gramos que tiene que suministrar a cada conejo. En este sentido, tiene claro que su trabajo como ganadero se basa en la homogeneización, es decir, en conseguir que salgan con el mismo peso, aproximadamente. Otro aspecto que resalta es la gran estabilidad que tiene esta granja en el consumo de pienso. Se pone especial énfasis en pesar los animales cada semana, siempre pesando los conejos de las mismas jaulas e introduciendo en el ordenador los resultados –suele pesar el 5% de los conejos que tiene en producción, porque pesarlos todos sería inviable-.

El ordenador calcula, según la curva de crecimiento de la genética con la que trabaja, los gramos diarios a los que tiene que ajustar los equipos. El único problema es que está diseñado para trabajar a 35 días, cuando en esta granja el método de trabajo es a 25 días la cubrición posparto y destete a 48 días. Esto le permite trabajar a dos bandas en vez de con una –como se ha apuntado antes, dos bandas de madres y una de cebo-, y así tener conejos de diferentes edades, que es lo que le piden sus clientes.

Las nuevas naves tienen un aislamiento poco visto en cunicultura tanto en las paredes como en el techo, que llega hasta los 28 cm

Cuando acaba el periodo de lactancia, se desmadran los gazapos, y las madres se llevan a otra nave que se acaba de limpiar. A los 72 días de vida, todos los animales ya se van fuera para hacer el vacío sanitario.

Otro detalle de cómo puede servir la tecnología al granjero es la alarma que le llega al móvil directamente cuando hay algún problema en la explotación. Así, puede estar tranquilo porque todo está bajo control. En estos meses en que ha estado probando las nuevas naves, sus resultados han sido muy buenos: una vez igualados los nidos, ha tenido un 5% de mortalidad al destete y un 3% de baja en cebo. Una prueba de lo imprescindible que es el vacío sanitario es que desde que lo lleva a cabo ha reducido la mortalidad a la mitad. Es especialmente importante en este tipo de naves, donde se ha optado por jaulas de dos pisos, que aprovechan muy bien el espacio disponible pero en las que hay que reforzar las medidas de higiene y prevención, porque aquí un gazapo infectado en el piso de arriba puede contagiar a los de abajo. Nos comentan que, por poner un ejemplo, si un cunicultor de producción de carne tuviese en su granja estos resultados, su negocio sería más rentable, aún con los precios tan bajos que tiene el conejo hoy día.

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El ordenador que controla el racionamiento de pienso, la ventilación, la temperatura y otros muchos aspectos de la gestión de la granja.

Respecto a la medicación, usan un complemento nutricional para el celo que ayuda a la hora de inseminar. Se aplica durante tres días antes del momento de la inseminación. Sobre la tendencia que hay hoy día hacia la desmedicalización, Alejandro no lo ve claro: “lo veo difícil porque habrá gente que no podrá continuar. Yo, personalmente, uso pienso de retirada a 20 días y los conejos me aguantan”, agrega.

Un total de siete personas llevan adelante esta empresa, incluyendo la mujer de Alejandro. Pero exclusivamente el nuevo centro de multiplicación podría salir adelante con una persona y media, calcula. Entre las dos naves suman 1.300 conejas.

Sigamos con la visita. Tras pasar el almacén, se pasa a la sala de precalentamiento. Aquí vemos la malla difusora que precede a la granja, que ayuda a que no haya corrientes de aire, y el número de nave que corresponde. En este espacio se sitúa un cañón, que se complementa con un segundo que veremos en el interior de la nave –a gas propano-. También pueden verse ya los paneles evaporativos.

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Las conejas estaban recién paridas de sólo una semana.

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A los cuatro días de nacer los gazapos se sexan. En la foto, un macho.

Cuando falla la luz, se cuenta con un grupo electrógeno. Una vez que se entra en la nave en sí, vemos las ventanas, que siempre permanecen cerradas, pero que son útiles si hay una catástrofe.

Las naves de maternidad

Se encuentran las abuelas, las bisabuelas y las F1. En la nave nueva de maternidad contabilizamos 650 nidos, algunos de ellos bicolor, así como alguna hembra de color pardo. En el momento de la visita, las conejas estaban recién paridas (de sólo una semana). Los gazapos se encontraban en el nido, hecho de viruta y pelo de la madre. A los cuatro días de nacer ya se sexan.

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Las fichas se diferencian un poco de las de una granja de producción. Se anotan rigurosamente los padres y abuelos.

Había dos tipos de nidos. El de la parte superior tenía una cortina de lactancia y la posibilidad de sacar el nido para trabajar mejor, apoyándolo sobre la fila de jaulas de abajo. A la hora de limpiar tanto los nidos como las jaulas o paredes, se usa un sistema de agua a presión, que ya vimos sobre una de las paredes. La ventaja es que en esta nave no hace falta meter ninguna máquina de limpieza, porque puedes disponer del agua a presión que quieras en cualquier lugar de la misma.

Sobre las jaulas, vemos las fichas de las conejas, que al pertenecer a un centro de selección y multiplicación, difieren respecto a las que podemos encontrar en una granja ordinaria de producción de carne. En este caso hay que llevar el seguimiento de los padres y abuelos, el número de partos, etc.

La selección se lleva a cabo mediante la inseminación artificial. Siempre se usan a las conejas junto con los mismos machos. Cada uno de ellos insemina a cinco conejas, y se trabaja con las dos líneas genéticas LP y H –hembras blancas-. Los dos tipos de hembras se podían ver claramente diferenciados en la nave.

Había un grupo de primíparas abuelas, que cuando paren pueden quedarse con los gazapos hasta el destete. Los nidos no se igualan, no se saca a ningún gazapo, mientras que la generación esté en vigor. Una vez que una generación queda inactiva, se sacan las abuelas y se quedan las activas para que continúen seleccionando. Cuando llegan al quinto parto, la coneja ya no tiene valor estadístico, así que acaba su función en el centro de selección.

Para esta selección también sirven las nuevas tecnologías, puesto que cuando una coneja sólo tiene dos gazapos, el programa es capaz de determinar si es buena para la línea estudiando hasta cuatro partos seguidos.

La nave de maternidad está montada con tres ventiladores al final del todo, dos pequeños y uno central de mayores dimensiones. Los pequeños tienen variación de frecuencia; cuando entra en funcionamiento el segundo, es porque los m3 del primero no son suficientes, pero todos los ventiladores van a la misma velocidad. La refrigeración es posible gracias a un cooling a la entrada de la nave. Aunque también hay uno situado en el centro, de momento no está en funcionamiento y cree que no lo va a tener que usar.

Las dimensiones del edificio son 60 m de largo por 14 de ancho, más 3 m del almacén. Las jaulas están dispuestas en dos pisos, con las que Alejandro está contento porque “optimizas los metros cuadrados”, así nunca le falta sitio para la reposición.

En la nave siempre deja una línea entera para la reposición. Para la limpieza, entran dos empleados con pistolas de agua a presión y limpian la nave en seis horas. El doble piso representa un poco más de dificultad en este caso, pero una persona se dedica a irlos quitando y otra a lavarlos. Se usa espuma desincrustrante, se extrae el estiércol y se cierra la nave dejando actuar las pastillas de formol.

Otro aspecto que ha mejorado mucho con el vacío sanitario es el tema de los insectos. Antes, Alejandro reconoce que padecía mucho por ellos. Ahora no gasta apenas en insecticidas, con lo que ya está amortizando también por aquí.

Las vacunas que usa son contra la mixomatosis y la vírica nueva variante – Novarvilap, de Laboratorios Ovejero-. De la vírica clásica no vacuna, porque nos comenta que no ve casos ya, sólo de la nueva variante.

La nave de engorde

De iguales características que la de maternidad, destacar que en el momento de la visita los animales tenían 63 días de vida. La densidad es importante para mantener el confort; por eso, en esta nave tiene claro que sólo meterá seis animales por jaula.

Con el vacío sanitario ha reducido la mortalidad a la mitad. Una vez igualados los nidos, está teniendo un 5% de mortalidad al destete y un 3% de baja en cebo

La alimentación que tenían era ad libitum, y estaban en la fase de pienso de retirada sin medicación.

En total, en el engorde tenía 4.500 conejos, y de todos ellos, el empleado que se encontraba trabajando en la nave aquella mañana le explicó que sólo había encontrado dos conejos muertos.

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Uno de los empleados de la granja, vacunando a los animales.

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La temperatura se controla perfectamente en el interior de la nave con termómetros y sondas.

Hay varias diferencias en el manejo respecto a una nave de engorde para producción de carne. En primer lugar, el sexaje, como se ha avanzado, que en otros casos se hace con un día de vida. Los nidos se trabajan igualando las camadas, excepto en el caso de la línea de selección, tal y como se ha explicado anteriormente.

Las madres de estos conejos estaban, a su vez, en la tercera nave de las que se compone el centro, la más antigua. En esta las hembras también estaban paridas, pero sus gazapos eran 28 días mayores, ya que se inseminaron a 25 días posparto. •

1 En este reportaje sólo nos ceñiremos a la ampliación acometida. Para saber más sobre la empresa, consultar nº 210 de CUNICULTURA, abril 2011.

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