La iluminación del conejar
Toni Roca
Conejólogo. Secretario de ASEMUCE.
Cuando instalamos un conejar, procuramos proteger a los conejos frente a dos factores ambientales que podrían resultar negativos para los animales: la lluvia y el sol directo.
Aunque un exceso de luz solar directa puede perjudicar, especialmente en época de calor, los rayos solares son beneficiosos por sus efectos antirraquíticos, vigorizantes, estimulantes de las glándulas reproductoras a través de la hipófisis y por su acción esterilizante ambiental.
Poco se ha estudiado sobre la iluminación en cunicultura aunque existen trabajos publicados desde los años 70 del siglo pasado. Muchos de estos trabajos, mayormente publicados en Francia (INRA, Itavi, BNA, etc.), manifiestan pautas de conducta o influencia basadas en estudios de otros monogástricos como la avicultura y la porcicultura. Pautas que se adaptaron a la cunicultura y que, hoy, todavía subsisten y son considerados por los técnicos españoles.
Nos podemos referir a la influencia de las horas de luz y su intensidad lumínica sobre los índices productivos, llegándose a afirmar que la producción de una coneja sometida a un programa de luz presenta un aumento en la producción de hormonas gonadotropas, con un desarrollo de los cuerpos amarillos y de los fetos lo que se traduce en una disminución de muertes embrionarias. También se ha publicado que, con 15 horas de luz constante –natural o artificial- durante todo el año, se adelanta la pubertad de la coneja nulípara. Respecto a los machos, y gracias al avance de la fecundación asistida, se han realizado varios trabajos sobre el efecto de la iluminación.
La oscuridad total es negativa para los machos ya que disminuyen la cantidad de eyaculado, reducen la concentración espermática y la motilidad. Respecto a si deben estar sometidos a iluminación natural o penumbra (5 lux), existen estudios que indican que la cantidad de espermatozoides presentes en las gónadas es notablemente más importante en animales sometidos a una iluminación artificial durante 8 horas que con 16 horas de iluminación diarias. Los machos sometidos a penumbra entran más tarde a la pubertad, pero sus eyaculados son mejores y se manifiestan más receptivos hacia la captación de su semen. Lo cual es interesante para los bancos de semen o centros de inseminación. Sin embargo, otros estudios nos indican que esta mejora no repercute en los comportamientos reproductivos de las hembras.
Lo que sí repercute en el poder fecundante del semen son los períodos largos de iluminación junto a elevadas temperaturas que destruyen células germinales y alteran la maduración de los espermatozoides en el epidídimo. •