Bundes Kaninchen Shau
Toni Roca
secretario de Asemuce
El tiempo, la experiencia y la realidad nos han demostrado que la cunicultura industrial puede convivir sin problema y sin que decrezca el consumo de carne de conejo, con la cunicultura de hobby, artesanal o deportiva.
Cuando en el año 1977 se creó ASESCU el consumo de carne de conejo en España era mínimo. No llegaba a 1 Kg por habitante y año. En esta época proliferaban las granjas familiares establecidas en el entorno rural con jaulas de obra civil y/o de madera con menos de 15 conejas que se criaban junto a pollos y gallinas en corrales, porches o cubiertos rudimentarios. En estos tiempos también empezaban a crearse las granjas denominadas semi-industriales con jaulas metálicas y con una población de 50 a 100 conejas.
El consumo de carne de conejo se centraba en muy concretos restaurantes de carretera o de pueblo, los fines de semana. También en las zonas rurales se consumía conejo, sobre todo en autoconsumo y venta vecinal. Difícilmente se podía encontrar carne de conejo en los mercados, menos en restaurantes y prácticamente no entraba conejo en los hogares de las ciudades.
Ante este panorama, viendo que se criaban razas puras y cruces sin ningún tipo de mejora y que se adquirían reproductores en mercados, ferias locales y en pocas granjas, mal llamadas, de selección en las que sólo se preocupaban en mantener el fenotipo sin atender a genotipos ni sanidades, ASESCU se planteó potenciar la cría productiva orientada a la obtención de carne y dejar de lado los fenotipos, los concursos y competiciones morfológicas. De esta manera, se potenciaron las razas medianas como el Neozelandés blanco y California, quedando relegadas a la desaparición en nuestro país otras como el Pardo común, Leonado de Borgoña, Azul de Viena, Mariposa, etc., y las razas gigantes como el Gigante de España, Gigante de Flandes, Bouscat, etc.
CRASO ERROR. El tiempo, la experiencia y la realidad nos han demostrado que la cunicultura industrial puede convivir sin problema y sin que decrezca el consumo de carne de conejo, con la cunicultura de hobby, artesanal o deportiva. Así ha sucedido en Italia y en Francia donde existen granjas industriales productoras de conejos para carne en las que se explotan animales híbridos junto a granjas familiares en las que se crían razas puras y variedades para el consumo, venta de reproductores y presentación a concursos. Italia es el país más representativo puesto que en él conviven grandes explotaciones y pequeños núcleos, siendo el país máximo consumidor de carne de conejo.
A finales del año 1991, asistimos a la 20 Bundes Kaninchen shau en Nuremberg (Alemania). Quedamos boquiabiertos al observar más de 24.000 conejos en una muestra mercado de dos días con venta directa de 40 razas y 308 variedades de conejos.
En Alemania nunca se ha desarrollado la cunicultura industrial. Los anglosajones no son consumidores de carne de conejo pero, si amantes de una cunicultura familiar, técnico-deportiva, constituida por pequeñas granjas situadas en los patios de casas unifamiliares, con jaulas de madera dispuestas en batería y ubicadas en pequeños pueblos rurales. Las granjas disponen de pocos ejemplares cuya finalidad es fijar nuevos caracteres en una raza determinada y obtener nuevas razas o variedades, tanto en razas gigantes como en medianas y pequeñas. Los cunicultores alemanes están agrupados en clubes locales donde mantienen una actividad social intercambiando conocimientos y experiencias. Estos clubes se integran en asociaciones regionales que convocan concursos anuales para elegir, intercambiar o vender reproductores, así como mostrar una gastronomía a base de elaborados con carne de conejo y ofertar productos artesanos a base de confecciones con las pieles y cueros de los conejos sacrificados.
Una vez al año, se convoca de forma itinerante la Bundes Kaninchen shau que es la macro feria nacional a la que acuden todos los cunicultores del país.
ASEMUCE, Asociación de Seleccionadores y Multiplicadores de Conejos de España, creada el año 1992 miembro de FEAGAS (Federación Española de Asociaciones de Ganado Selecto) pretendió, en su origen, coordinar y mejorar la oferta de razas puras en España. Se asociaron la mayoría de granjas de selección que ofertaban reproductores y se sometieron a controles de genética y sanidad. Esta misión tuvo su razón de ser hasta que surgieron con éxito los híbridos selectos y se fueron implantando en las granjas industriales de producción cárnica. ASEMUCE sigue en la brecha de la conservación y fomento de la cunicultura de raza. Durante los varios años en los que se desvinculó de ASESCU, mantuvo su adhesión a FEAGAS, siendo la única asociación cunicola reconocida en esta federación.
En el año 2011, en plena crisis económica y con una clara y preocupante recesión tanto en el consumo de carne como en el número de granjas, ASEMUCE se planteó una reestructuración y hoy ha tomado el compromiso de potenciar las razas puras en un segmento familiar y complementario con la intención de ofertar una carne diferenciada y ecológica. Además ha protagonizado frente a la Administración dos acciones que apuestan por el futuro de la cunicultura: 1. Legalizar y reconocer las raza autóctonas de nuestro país (Gigante de España y Pardo común) y 2. Conseguir la autorización de sacrificar los conejos en la propia granja para abastecer un mercado de proximidad, sin intermediarios, con productos diferenciados: carnes ecológicas y elaboradas (jamón, hamburguesas, chorizos, patés, etc.).
Si esta iniciativa tiene adeptos, se pueden crear clubes que, además de mantener razas autóctonas pueden vender reproductores, carne, elaborados, así como confeccionar prendas, cuadros, tapices, almohadas, muñecos, etc. a partir de las pieles de los conejos abasteciendo mercados de artesanías.