El consumo de agua en maternidad
Conocer el comportamiento hídrico de las conejas
Bernadette Le Normand y Stéphane Chatellier
L’Eleveur de Lapins, Nº 127, 21-23. 2012
¿Cuál es el consumo de agua de las conejas en un ciclo de producción de 42 días? ¿Y durante una jornada completa de 24 horas? Aunque no hay ningún dato disponible, todos los criadores saben que las conejas beben mucho más en ciertos períodos del día que en otros. En este estudio se ha medido con precisión el ritmo de consumo de agua de las conejas en maternidad.
Conocer las eventuales variaciones en el consumo de agua de las conejas durante las 24 horas del día y durante el conjunto del ciclo de producción no constituye un objetivo establecido por el simple placer de saberlo, sino porque son datos fundamentales que tienen implicaciones prácticas: en efecto, medir las variaciones de consumo permite disponer de indicaciones sobre el momento ideal para incorporar una medicación al agua de bebida y conocer los problemas de solubilidad, de infradosificación de un producto y de distribución homogénea de las aportaciones terapéuticas dentro de los circuitos de distribución del agua.
En esta experiencia se han equipado dos naves de maternidad diferentes con un contador de agua preciso y graduado, puesto que el problema de estos es su precisión, que se degrada con el tiempo. Con este contador se desencadenaba una impulsión cada 10 ml y estaba conectado con un registro que recogió los datos cada 4 minutos durante 6 semanas. El registro se inició en el momento del destete de las conejas, a fin de poder disponer de datos sobre la totalidad del ciclo de producción.
Evolución de los consumos en el transcurso del ciclo
A escala del ciclo de producción esta experiencia confirma, primero, lo que cada criador sabe: el consumo de agua de la coneja decae en el momento del parto y después aumenta al iniciarse la lactancia (ver la figura 1).
Fig. 1. El consumo diario de agua en maternidad aumenta con el ciclo de producción, que varía según el número de conejas, pero lo importante es la pendiente de progresión de la curva y la amplitud de la variación.
Para poder comparar los datos, estos se han traducido integralmente a “ml consumidos por kilo de peso”. La totalidad de la masa de la reposición presente en la maternidad se ha evaluado según la edad. El gráfico muestra que, en las dos maternidades estudiadas los consumos fueron similares, con una evolución desde 125 ml/kg antes del parto a 200 ml/kg en el pico de la lactancia (figura 2).
Fig. 2. Consumo de agua en maternidad
Entre el período que precede al parto y el período del principio de la lactancia (día 1 hasta la IA), el consumo de agua de la coneja aumenta globalmente un 36% en ml/kg. Este aumento sería todavía más importante si se pudieran registrar los consumos solo de las conejas lactantes. Entre los períodos día1-IA y día12 – día22, el aumento es del 20%. Entre el parto y el pico de la lactancia el consumo de agua expresado en ml/kg evoluciona en sentido positivo en un 63%.
La inseminación artificial, un momento determinante
Estas curvas ponen también en evidencia una caída del consumo de agua bastante neto en el momento de la inseminación artificial en las dos maternidades: el 10,5%. Sin embargo, esta caída es bastante fugaz, ya que el consumo de agua se restablece a partir del día siguiente. Esto confirma la importancia de la inseminación en el comportamiento alimentario de las conejas. En la granja este factor puede revestir una importancia particular para las primíparas: esta categoría de conejas particularmente frágiles es muy sensible a los trastornos metabólicos y a los cambios de consumo. La inseminación puede ser un momento determinante que va a definir el estatus y la estabilidad del gazapo obtenido a los 21 días: frecuentemente, la heterogeneidad de los gazapos nacidos principalmente de madres primíparas se determina en este momento, con conejas que han tenido variaciones de ingestas muy bruscas y que tienen tendencia al disbiosis intestinal – dolores de vientre, falta de confort, heterogeneidad de las camadas, mortalidad de los gazapos entre los días 25 y 35 con impactación cecal o de los más enclenques, que tendrán una menor viabilidad en la etapa de engorde-. Para reducir estos problemas se aconsejan los programas alimenticios de sostenimiento de las lactancias de las conejas entre la inseminación y el pico de la lactancia.
Consumo irregular durante el día
El estudio de las cifras horarias de consumo durante las 24 horas del día muestra una fuerte variación de las cantidades; incluso si las mismas se miden cada 4 minutos, representan sin embargo una media y los consumos instantáneos son probablemente más elevados. Para una maternidad de 890 inseminadas las cantidades mínimas son de menos de 5 litros/4 min y las máximas de 130,58 litros/4 min.
Estas cantidades tan variables tienen consecuencias importantes: por una parte, en período de bajo consumo aumenta la probabilidad de que los productos incorporados al agua de bebida se depositen en los circuitos de agua y, por otra parte, las bombas dosificadoras eléctricas que dependen, para su funcionamiento, de la fiabilidad del contador de agua, podrían carecer de precisión en momentos de caudal bajo e, inversamente, verse “rebasadas” en momentos de caudal alto. Basta con escuchar a la bomba: no se pone en marcha a partir de un cierto umbral de consumo.
El consumo horario durante las 24 horas del día se concentra, cualquiera que sea el momento del ciclo, más bien durante la mañana y al principio de la noche, pero permanece débil durante la tarde (figura 3).
Fig. 3. Consumo horario medio del día 3º al 28º (La escala de consumo, que varía según el número de conejas, no es muy importante pero lo que importa es la conducta general y las variaciones de consumo durante la jornada).
Según el período del ciclo considerado, los picos son más o menos intensos -figuras 4 a 6-. El pico de la primera figura debe relacionarse con la lactancia controlada; sin embargo, la fase de “descanso” y de caída del consumo permanece bien definida durante el final de la mañana y por la tarde. Incluso cuando ingiere mayoritariamente pienso, el gazapo conserva el comportamiento hídrico de su madre, con dos períodos fuertes de consumo: al principio de la mañana y al inicio del atardecer.
Cualquiera que sea el momento del ciclo, el consumo de agua se concentra más bien en la mañana y al principio de la noche, y permanece débil durante todo el período de la tarde. Ahora bien, en muchas granjas, por cuestiones de organización del trabajo, los tratamientos se aplican al final de la mañana o al principio de la tarde casualmente en el momento que corresponde a un menor consumo de agua. En período de caudales débiles, los productos medicinales se estancan durante más tiempo, lo que constituye un factor de riesgo, ya que pueden depositarse en el interior de las canalizaciones.
El momento ideal para administrar los tratamientos…
La dosis diaria de medicamento administrada por la vía del agua de bebida se calcula sobre la base de un consumo diario total. Vista la variabilidad de la ingesta diaria, concretamente durante los períodos de fuerte consumo, los animales recibirían una sobredosis e, inversamente, en las horas de consumo más débil la dosis recibida estaría por debajo del nivel adecuado.
Para los tratamientos administrables en dos veces diarias y para los que se pueden administrar en dosis/dependencia –es decir los antibióticos que se administran preferentemente en dosis fuertes durante un corto período, para el tratamiento de determinadas enfermedades-, lo ideal sería poder distribuirlos durante las secuencias de fuerte consumo de agua, a fin de aprovechar los caudales importantes, ya que estos permiten que la dilución sea mejor, con lo que se enmascaran los gustos eventuales del agua y se evita el estancamiento de los productos en los cambios de nivel de las tuberías.
Fig. 4, 5 y 6. Consumo de agua en maternidad, según los diferentes períodos del ciclo de producción
Pero, para poder adoptar este tipo de prácticas, sería necesario que en la mayoría de las granjas se pudiera automatizar el vaciamiento de las tuberias y volver a poner en circulación el agua al final de la secuencia, a fin de que el cunicultor no tenga que intervenir a una hora tardía en la granja, ya que el segundo período de fuerte consumo finaliza alrededor de medianoche. Otra solución consistiría en tener unas cubetas a bajo nivel que evitan un corte de agua, pero que no eximen de un vaciado total del circuito. Así, si se distribuye el medicamento por la tarde hacia las 19 horas sobre el consumo de agua de 6 horas, el nivel bajo se alcanzará hacia las 23 h y esto desencadenará entonces automáticamente una remisión progresivas de agua durante toda la noche, por lo que las conejas no carecerán nunca de agua.
En cualquier caso, es necesario evitar un tratamiento susceptible de plantear problemas de solubilidad o de sabor al final de la mañana, ya que corresponde al período de menor consumo de agua. •