Cumbres borrascosas
Cual saga famosa en los tiempos, la cunicultura está consolidando su novelesca realidad en la que nadie habla claro y todos hablan a la vez, formando una discordancia en la que es imposible separar las verdades de las opiniones personales, tan válidas como las otras, pero que no se pueden establecer como dogmas cunícolas.
Con esta situación se está consiguiendo crear numerosas dudas al sector más perjudicado con los corre-ve-y-dile, ya que esto de forma mayoritaria afecta a los cunicultores. Básicamente porque es el grupo más numeroso en la cadena cunícola, pero asimismo el que tiene menos información disponible de la realidad que está aconteciendo. Esta falta de información comporta una gran desconfianza, ya que la sensación de ser engañados planea negativamente en una relación económica que tendría que ser lo más clara y transparente.
No podemos olvidar que el sector comercializador, para entendernos, los mataderos, son los clientes de las granjas cunícolas, a los que vendemos nuestros conejos producidos. Esta falta de comunicación respecto a la situación real tiene repercusiones muy serias, ya que en lugar de ver la relación productor-cliente como tal, se aprecia a nivel de calle una relación estafado-estafador que está perjudicando en muchos casos la relación, llegando a discusiones francamente desagradables.
Si a esto se suman descuentos en las ventas por teóricos -o reales- rendimientos bajos, saldos -que para abonar la discusión los saldos hacen 2 kg de peso a menudo-, comentarios desagradables por ambas partes, etc., la evolución del sector es totalmente imposible, con la borrasca centrada justo encima de la granja y con pocas ganas de irse.
Hay que empezar ya a crear estructuras que faciliten estas informaciones y que permitan vislumbrar una realidad más cercana y que beneficie a todos. No es tan difícil, pues ya se está haciendo en Francia desde hace años con una efectividad muy alta para previsualizar tendencias.
La cotización de las diferentes lonjas comparadas con otros años evidentemente aporta la tendencia, pero datos tan importantes como los precios de la canal a nivel de mayorista y precio al consumidor, actividad del sector -cada semana se conoce el número de inseminaciones realizadas en toda Francia-, toneladas de pienso producido para conejos mensualmente, el estocaje de canales y número de conejos sacrificados en los mataderos a final de mes proporcionarían más información sobre la realidad.
Estos son datos estadísticos que en Francia recogen cada semana o mes y que se publican junto con los homónimos de otras carnes de forma mensual o bimestral, permitiendo que los representantes de los cunicultores y de los comercializadores puedan acordar los precios con una información no sesgada. Para conseguir esto hace falta luchar de forma clara para crear estas estructuras no vinculadas directamente a ningún interés y que permitan ser neutros.
La cunicultura tal como la conocemos hoy en día ha sufrido una profunda transformación si retrocedemos en el tiempo hacia principios de los 90, pero no podemos quedarnos aquí parados y confiar que no habrá más cambios. Debemos modernizar, pero no sólo nuestras explotaciones, sino que ya hay que empezar a crear estructuras que nos puedan aportar conocimientos de mercado a tiempo real. FOCCON e INTERCUN son unos espléndidos ejemplos, pero los tiempos nos exigen que continuemos avanzando, de lo contrario no conseguiremos salir de este dramón que se retroali-menta como la conocida película a la que hacía referencia al inicio, y así continuaremos en medio de la cumbre borrascosa sin vislumbrar la claridad y templanza del sol.