CUNICULTURA

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Edita: REALESCUELADEAVICULTURA

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B.23782-1976.ISSN0210-1912

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La revista CUNICULTURA, fundada en 1976, selecciona y publica cada dos meses aquellos artículos de mayor interés práctico para todos los profesionales involucrados en la cría y producción de carne de conejo. En el caso de los artículos no originales siempre se cita la publicación fuente. La empresa editora no necesariamente se identifica con las opiniones vertidas libremente por sus colaboradores.

Editorial

Los gazapos del 'tocho'

Por muchos años que pasen las historias siempre son las mismas, con diferentes nombres, lugares, situaciones personales, ideales.... Podemos buscar mil diferencias, pero al final, fríamente, todo se repite.

Las crisis pueden ser más largas o cortas, intensas o llevaderas, afectar a un sector empresarial u otro, pero al final siempre se vuelve a un punto de olvido respecto a la crisis anterior vivida y no aprendemos de nuestros errores. Y cíclicamente la economía nos devuelve a la tierra que pisamos y la luna vuelve a ser inalcanzable, que a lo mejor es donde debería haber estado siempre....

Y como numerosas otras veces, aunque parezca increíble, después de la larga crisis que llevamos en cunicultura, ya sea propia del sector o de recibo por la general, con numerosas granjas cerradas, vuelven a aparecer en escena una cantidad inusitada de nuevos cunicultores, todos ellos, o casi todos, sin haber visto un conejo en su vida -me refiero al adorable animal que intentamos criar sin que se muera excesivamente- con unas ideas francamente sorprendentes acerca de la cría industrial de ellos y con unas perspectivas económicas que chocan frontalmente con la realidad.

Muchos de ellos provie- nen en este caso del sec- tor de la construcción - tal o cual eran los mejo- res poniendo ladrillos, piedras, haciendo no sé qué, o lo de más allá-, y siempre la misma histo- ria: han alquilado la peor entre las peores granjas que nunca se diseñaron sobre la tierra, a un pre- cio de alquiler absoluta- mente demencial y, sin haberse encomendado a ningún Santo, ahí se ponen a criar conejos.

Y como siempre, cuan-

do aterrizas como veterinario te encuentras que no tienen ni el más mínimo interés en aprender. Entiéndase como aprender el ir a trabajar durante un par de meses en una granja profesional para aprender los conceptos mínimos de manejo. Y ¿cómo te enfrentas técnicamente? ¿Cómo puede ser que nadie les haya explicado que esto no es coser y cantar? ¿Cómo les explicas que el alquiler que pagan es una tomadura de pelo pura y dura imposible de rentabilizar?

Yo no me atrevería a construir casas sin una mínima formación – y digo casas porque es lo que tenemos ahora, pongan ustedes el oficio que quieran-, por tanto ¿cómo puede ser que alguien se atreva a criar conejos? ¿Tan fácil parece criarlos? ¿Qué narices estamos haciendo tan mal en el sector para que no solo piensen que es un negocio super rentable, sino que cualquiera se pueda dedicar sin el más mínimo oficio?

Nosotros entendemos que el ser cunicultor es un oficio altamente especializado dentro del subsector ganadero y que no es tan sencillo, sino que requiere unos conocimientos y formaciones constantes muy diferentes del resto de ganadería y, por supuesto, no tienen ningún parecido con otros sectores como mecánica o construcción.

Evidentemente no se puede prohibir a alguien que se dedique a la cunicultura, pero quizás si alguna normativa exigiera un mínimo de cursos formativos o conocimientos para criar conejos u otros animales... Aunque parezca una factor excluyente, a la larga no tendremos estas hornadas de nuevos cunicultores seguidas de huidas masivas del sector al cabo de poco tiempo de estos mismos con la desestabilización temporal que afecta a las cotizaciones del mercado. Sino que por contra tendremos una entrada gradual de nuevos cunicultores formados con conocimientos mínimos para desarrollar su profesión sin crear frustraciones y que después no realicen propagandas negativas -que si se mueren, etc.- si el negocio no funciona, como ocurre en la mayoría de los casos. Y si no, pues a repetir la historia interminable cada ciclo económico.