MANEJO. Cría de la liebre en jaula (I)
Manejo
CRÍA de la LIEBRE en JAULA (I)
Dr. Cristiano Papeschi
Università degli Studi della Tuscia. Viterbo, Italia
[email protected] 1 Liebre en la naturaleza.
La liebre reviste una importancia básica para la actividad cinegética en Europa y en todo el mundo, re- presentando una de las especies de mayor interés para los cazadores. Este animal se halla presente en todo el globo, incluyendo las zonas árticas y con la única ex- cepción de Madagascar. Obviamente sus característi- cas son diversas según los diferentes países, pero siem- pre se trata de liebres. La cría de la liebre destinada a la alimentación, pero sobre todo a la repoblación cinegé- tica, se está consolidando en muchos países de la Co- munidad Europea, debido a que los individuos en estado silvestre se hallan en disminución a causa del constante aumento de las áreas destinadas a la agricul- tura y a la expansión de las ciudades y de las zonas industrializadas. En el Este de Europa la liebre se halla todavía presente en gran número y, de hecho, Hungría, Rumania y Eslovaquia son, en la actualidad, los mayo- res exportadores de liebres destinadas a la repoblación. Este fenómeno comporta, sin embargo, el peligro de que desaparezca la población autóctona y de que se in- troduzcan patologías hasta ahora ausentes o poco di- fundidas en un determinado hábitat. A continuación trataremos la liebre europea
Generalidades sobre la liebre
La liebre silvestre
(1) Pradera constituida por más de una especie vegetal.
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primeras luces del alba y durante la estación reproduc- tora. Las zonas en las que la liebre en estado silvestre se halla más difundida son las planicies o las pequeñas colinas con prados del tipo polifita(1) o cultivos de ce- reales, viñas, claros con setos, zarzales y áreas sin cul- tivar muy adecuadas para la cría.
La liebre, a diferencia del conejo, no construye madrigueras, pero busca su propio cobijo entre zarzas, arbustos, rocas y raíces de plantas. Este animal está muy ligado a su territorio, que por lo general tiene un radio medio de 1 a 2 kilómetros, donde lleva una vida a menudo muy solitaria, aunque también es posible ob- servarla en pequeños grupos, sobre todo en la estación del acoplamiento. Los pequeños suelen nacer, en gene- ral, en los primeros seis meses del año, cubiertos ya de pelo, con los ojos abiertos y con capacidad para mover- se; pero, a diferencia de los adultos, se mueven poco a la espera del momento de la lactancia y, en caso de que detecten la presencia de un predador, permanecen in- móviles para no ser vistos
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Liebres jóvenes.
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miento los convierte a menudo en víctimas de los me- dios mecánicos utilizados por la agricultura
La estructura del cuerpo de la liebre tiene forma de lanza, por lo que se adapta muy bien para la carrera: el dorso es arqueado y elástico, el hocico estrecho y las patas anteriores son muy largas, con muslos musculosos para permitirle tanto una veloz huida como el salto. El esqueleto es más bien ligero y de huesos finos, que no se calcifican del todo hasta que el animal alcanza un año de vida. Una particularidad anatómica del esquele- to de la liebre es la presencia del tubérculo de Stroh, un pequeño saliente cartilaginoso que se puede obser- var entre la diáfisis y la epífisis de las patas anteriores
La boca está dotada de 28 dientes que crecen con- tinuamente y el arco superior presenta dos parejas de incisivos, particularidad esta última que comparte con los conejos y que ha llevado a los zoólogos a distinguir los lagomorfos de los roedores. Las orejas, muy desa- rrolladas y largas, permiten, junto a unos ojos muy grandes y un sentido del olfato muy sensible, detectar al predador incluso a gran distancia. La estación reproductiva va generalmente de octubre a enero con un momento de máxima fertilidad en la primavera tar- día o inicio del verano, con algunas variaciones según el clima y la ubicación geográfica.
Como ya henos reseñado, la liebre es de costum- bres alimenticias básicamente herbívoras, que varían según la estación y la disponibilidad de comida, pu- diendo concentrar su atención incluso sobre las raíces y las cortezas de árboles como el manzano, el peral, el álamo, la acacia, el sauce, la haya y el avellano.
La fisiología digestiva de la liebre es muy similar a la del conejo y también en este caso está presente el fenómeno de la cecotrofia.
Las jaulas para la cría
La cría en jaula de la liebre presenta diversas ana- logías con la del conejo, a pesar de que estos animales son muy diferentes entre sí. Ante todo, la mayor parte de las explotaciones de liebres son de ámbito familiar y de dimensiones muy reducidas si las comparamos con
las del conejo para carne. De hecho, una explotación
Como hemos ya avanzado, la cría de la liebre se realiza en zonas abiertas; las jaulas están constituidas por estructuras modulares compuestas por 1 ó 2 nidos
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Jaula de dos módulos.
proteger a los animales de los agentes atmosféricos. A menudo estas estructuras están reagrupadas en filas paralelas con una distancia entre ellas de por lo menos un metro, para permitir el paso del operario
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Línea de jaulas para la cría al aire libre.
Cada departamento para adultos hospeda una pareja que se ha formado al final del verano o principio del otoño, en general en los meses de septiembre u octubre, se- gún el lugar. El fondo de la jaula y la cara anterior están
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Vista del piso de las jaulas.
realizados con una red metálica galvanizada, exacta- mente como las jaulas para conejos, mientras que las paredes laterales y el techo pueden ser de material plás- tico o de madera. La malla metálica utilizada debe te- ner unas dimensiones de 13 x 13, 14 x 14 o 11 x 24 mm y la red metálica utilizada debería tener un diámetro de 1,2 a 1,7 mm, para permitir la caída de las deyecciones e impedir que se produzcan lesiones podales
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Vieja jaula de madera.
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Jaula de madera actualmente en uso.
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Comedero y bebedero automático.
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Vista del comedero para las liebres.
Los comederos para la comida y el heno se hallan colocados generalmente sobre la cara anterior y exter- namente
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do a las paredes posteriores de la jaula, estando equi- pado con una portezuela especial útil para acceder y quitar el nido. El nido en sí está dotado de unas peque- ñas paredes móviles que se abren o cierran para facili- tar la captura y el transporte de los animales
30 cm de diámetro. Eventualmente el nido podrá sacar- se a los pocos días después del parto, pero es necesario preparar, en el interior de la jaula, una zona de refugio para los pequeños
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Zona de refugio para las liebres jovencitas.
El acceso al nidal y al interior de la jaula se realiza por detrás.
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Extracción del nido.
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El transporte y extracción del nido se realiza con adultos.
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Foto gentileza de Raffaele Tomasson
Granja semiindustrial de liebre. Obsérvese la consistencia y la altura del vallado perimetral.
los padres en su huída. En realidad la liebre es mucho más propicia que el conejo a asustarse y huir precipi- tadamente hacia el interior de la jaula, lo que puede acarrear traumas a los pe- queños y a los mismos adul- tos, no siendo infrecuente que se rompan una pata o se hagan rasguños en la ca- beza, o incluso que sufran episodios de infarto, por lo que es siempre convenien- te hacerse oír por los ani- males en el momento de
entrar en la explotación, pero sin provocar ruidos fuer- tes. Cada pareja debe tener a su disposición una super- ficie mínima de 1 m2 para una altura de por lo menos
El terreno a utilizar para la cría en jaula de la liebre tiene que estar cercado por una red de por lo menos 2 m, con la parte inferior enterrada 40 cm como mínimo y dotada en su parte superior de un sistema
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todo en verano. El terreno en el que se instale la explo- tación tiene que ser seco, con una ligera pendiente y drenado, y las jaulas tienen que estar dispuestas en fi- las paralelas con una distancia mínima entre ella de por los menos 2 ó 3 metros.
Existe la alternativa de instalar las jaulas en el interior de un cobertizo que tiene que ser abierto por todos los lados para permitir la circulación del aire y evitar la acumulación de polvo y vapores.