Año XIV. Núm. 165 Septiembre 1935
GRABADO EN PORTADA: UN BONITO GRUPO DE POLLUELOS
RECIEN NACIDOS. CURSO OFICIAL DE AVICULTURA DE 1936. — RECORDATORIO. 194 DE LOS CURSILLOS DE AVICULTURA Y CUN1CULICULTURA
DADOS EN MADRID RECIENTEMENTE.......194
EN CONTESTACION A UN ESCRITO DE REPLICA.....196
EL CRECIMIENTO DE LOS PICHONES..........198
LA AVENA GERMINADA, GRAN ALIMENTO VERDE PARA EL
INVIERNO, por S. Castelló............ 199
LAS GALLINAS DE PLUMAJE RIZADO ..........202
EN QUE CONSISTE LA DEPURACION DE UN GALLINERO . . 204 CONDICIONES QUE DEBEN REUNIR LOS BUENOS REPRODUCTORES ...................206
TUBERCULOSIS Y ESTADISTICAS EN LAS AVES, por Miguel
Sánchez López.........,.......208
EL ALTRAMUZ, FUENTE DE PROTEINA VEGETAL.....214
LOS PIOJOS ROJOS, DAÑINOS, HUESPEDES DE LOS GALLINE:
ROS Y PALOMARES...............215
MUNDO AVÍCOLA es Revista mensual ilustrada de información y cultura avícola, continuación de «La Avicultura Práctica», que comenzó a publicarse en 1897, y por lo tanto, es la más antigua de cuantas en su especialidad ven la luz en lengua castellana. La publica la Escuela Oficial y Superior Española de Avicultura de Arenys de Mar (Barcelona), bajo la Dirección del Profesor Salvador Castelló. — Es portavoz del progreso avícola moderno y eco, en lengua castellana, de los trabajos y actividades de la Asociación Mundial de Avicultura Científica, iniciadora y mantenedora de los Congresos Mundiales de Avicultura. — Suscripción anual: Para España y Américas 10 pesetas, y 12 para otros países.
Escuela Oficial y Superior de Avicultura
de Arenys de Mar
CURSO OFICIAL DE 1936
La Dirección recuerda a las personas interesadas en asistir al Curso Oficial de Gallino-cultura e Industrias anexas que, comenzando en este centro de enseñanza el día 7 de enero, terminará el 31 de marzo de 1936 y, según convocatoria, a la que se dió la debida publicidad, está abierta la matrícula y en Secretaría se tiene a disposición de aquellos que los
soliciten, el Reglamento, Programa de estudios vías condiciones de admisión, así como cuantos informes puedan convenirles en lo que afecta a alojamientos o pensiones para la estancia de los señores alumnos en la Villa de Arenys de Mar durante los tres meses de duración del curso. Diríjanse los pedidos a la Secretaría de la Escuela.
De los cursillos oficiales de Avicultura, Cuniculicultura y curtido de pieles
DADOS EN LA ASOCIACIÓN DE VETERINARIOS DE MADRID POR LOS PROFESORES DON SALVADOR CASTELLÓ Y DON EMU 10 AYALA MARTÍN, POR DISPOSICIÓN DE LA
DIRECCIÓN GENERAL DE GANADERÍA
Dichos cursos comprendieron el desarrollo de programas de veinte lecciones, asistiendo a los mismos 80 alumnos, de los cuales 17 agrá-ciados con becas de 300 pesetas para atender a sus gastos de viaje y estancia en Madrid.
La apertura de los cursos tuvo lugar el día 10 de octubre bajo la presidencia del señor Jefe de la Subseccíón de Enseñanza Pecuaria del Ministerio de Agricultura, Sr. Eraña, que hizo la presentación de los profesores, y desde aquel día hasta el 8 de noviembre, inclusive, se dieron regularmente las clases de cinco a ocho de la tarde, siendo digno de consignar-
se la asiduidad y el interés con que los cursillistas asistieron a los mismos.
Las explicaciones de los profesores se ilustraron diariamente con proyecciones demostrativas ; en el Parque de Cunicultura de Madrid se llevaron a cabo prácticas de curtido de nieles, así como de caponaje en la Sección avícola de la Estación Pecuaria de La Moncloa. y al finalizar los cursos se realizó una excursión y visita a la conocida Granja "Los Peñascales", de Torrelodones, propiedad de nuestro querido amigo don Gabriel Enríquez.
Los días 19, 25, 26, 30 y 31 de octubre y
MUNDO AVICOLA
los / y 9 de noviembre, después de las clases diéronse varias conferencias a cargo de veterinarios especializados en diversas materias relacionadas con la Avicultura y la Cuniculicul-tura, tales como las siguientes:
De don Miguel Sánchez López, estudiante de Veterinaria, becario del Instituto de Biología Animal, sobre Estadística de la tuberculosis en las aves.
De don Alejandro Steiner, Profesor del Instituto Veterinario Nacional, sobre Prácticas de autopsias y recogida de productos (dos conferencias).
De don Francisco Centrich, Veterinario, sobre Cooperación y comercio Avícola (dos conferencias).
De don Jesús Sáinz-Pardo, Becario del Instituto de Biología Animal, sobre Factores Vitamínicos y Endocrinología aplicada a la Avicultura.
Los cursos terminaron el día 8, y el día 9 tuvo lugar el acto de clausura y distribución de las Certificaciones de Asistencia, presidiéndolo el Inspector General Pecuario, don José Orensauz, y el Jefe de la Subsección de Labor Social, Sr. Eraña, asistiendo el de la de Enseñanza, don Luis Ibáñez, los Profesores señores Ayala y Castelló.
La señora doña Eulalia Rivacoba y la señorita D." Etheria García Gómez, ambas cusillis-
tas, leyeron dos interesantes trabajos inspirados en las enseñanzas recibidas, y en nombre de todos los alumnos agradeciendo al Ministerio de Agricultura y en especial a la Sección de Ganadería las actividades que despliegan en la divulgación de la Avicultura y la Cuniculi-cultura, así como a los profesores sus desvelos en el desempeño de la misión que se les había confiado.
Después de la distribución de los Certificados de Asistencia, puso fin al acto un elocuente discurso pronunciado por don José Orensanz, que ostentaba la representación del Director General de Agricultura, Montes y Ganadería, en el que puso de manifiesto, no sólo su gran conocimiento de lo que son y representan en el país la Avicultura y la Cuniculicultura, sí que también el de sus derivaciones en los órdenes económico y comercial. Agradeciendo el buen celo desplegado por los profesores, para los cuales tuvo frases dignas de gratitud el señor, de Orensanz, en nombre de la Dirección General dió por clausurados los cursillos otoñales del presente año.
La Escuela Oficial y Superior de Avicultura de Arenys de Mar se congratula de haber prestado su concurso por intermedio de su Director, al que se confió uno de dichos cursillos y agradece a la extinguida Dirección General de Ganadería la confianza en él depositada.
En contestación a un escrito de répl
En nuestro número de junio, al dar cuenta de la Exposición de Cuniculicultura celebrada en Madrid en mayo próximo pasado calificamos de horrorosa la proposición de los señores don Pablo Tapias y don Cesáreo Pardo que exteriorizaron su criterio en el sentido de que en esas Exposiciones no debían darse premios individuales sino a lotes de macho y hembras y a ser posible, con exhibición de su descendencia.
El escrito ha sido replicado por dichos señores en las columnas de nuestro colega "Industrias rurales y Agricultura" y nos ruegan demos cahida a dicha réplica, en las nuestras en lo auu les complacemos, si bien lamentamos lencr que mantener nuestro criterio.
El escrito de los señores Tapias y Pardo dice .asi:
EL HORROR!
En el núm. 162 de la Revista Mundo Aví-•cola (cuyo Director es el Sr. Castellò), correspondiente al mes de junio de 1935. aparece un artículo titulado: "La Exposición Nacional de Cuniculicultura de Madrid", enei que después de mencionar los premios y recompensas concedidas, finaliza dicho artículo con los siguientes párrafos que copiamos literalmente.
"..............." "El horror." = "Lo sentimos al tener a la vista el acta del Jurado formado por los Sres. D. Pablo Tapias (veterinario) y D. Cesáreo Pardo (ignoramos si lo es también), en la que se lee el siguiente despropósito: "Creemos necesario hacer constar, en primer lugar, que en sucesivas Exposiciones no se debe conceder ningún premio a animales aislados, siendo necesario que para optar a premio se presenten un macho, varias hembras y, a ser posible, su descendencia."
"Afortunadamente no hay segundo tuffar, a pesar de que, de la lectura del párrafo se desprende que debió haber intento de haberlo ; pero con lo del primer lugar basta y sobra para poner de manifiesto el absoluto desconocimiento que los firmantes de aquél tienen de esta clase de Exposiciones.
"Es algo absurdo, y pugna con todo cuanto rige en el mundo en Exposiciones, no sólo de Cuniculicultura y de Avicultura, sí que también en las de Ganados en general, y parece imposible que sea, por lo menos, un señor Veterinario quien diga esto.
"De tomarse en consideración tal observación, sobre acabarse las Exposiciones, España correría un ridículo universal en esta materia, y pasaríamos por ignorantes, cuando nada tenemos ya que aprender del extranjero, aun cuando agradecemos siempre lo que en las Exposiciones de tantos países aprendimos y nos honramos en tomarlo como modelo de organi-
zación.
"Por fortuna, no creemos que los encargados de resolver caigan en el pecado de aceptar tan absurda proposición, y con ello dormiremos tranquilos, pero no podemos menos que llamar la atención de las Asociaciones Nacional de Cuniculicultores y General de Avicultores de España sobre los perjuicios que a ellas y a los intereses de los expositores se irrogarían caso de que se tomara en serio aquella desastrosa iniciativa, y les encarecemos tomen sus medidas para que la superioridad encargada de legislar o de resolver no pueda inadvertidamente caer en tamaño error por no habérsela advertido a tiempo, aun cuando no cabe esperarlo, cuando menos, de los elementos técnicos e informativos que hoy actúan afortunadamente en la Dirección General de Ganadería."
"Los señores que firmaron el acta y firman el presente comentario son ambos veterÍnar;os y no lamentan tener que contestar, sino agradecen muy mucho al Sr. Castelló. como Director de la citada Revista, la oportunidad de poder demostrar que el ignorante al parecer en asuntos zootécnicos es el autor del citado artículo, pues no concebimos cómo puede garantizar la pureza de un individuo por sólo si examen de su aspecto exterior Tsin tener en cuenta su genealogía y a ser posible su descendencia), principio que hoy rige de manera general en las Exposiciones, sistema que permite al comprador llevar este pensamiento: ¿El animal que acabo de adquirir, y cuyo primer pre> mió le han otorgado, reúne las garantías nece sarias como reproductor, para conseguir la mejora de mi explotación? Vea, pues, porqu propugnamos la formación de grupos que per mitán conocer, en lo posible, su ascendencia descendencia, garantizando no sólo la solvencia del Jurado al emitir su fallo, sino también la compra y por tanto la solvencia del expositor.
"Si en alguna especie animal, es susceptible seguir en las Exposiciones, la premisa de
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premios por grupos, es precisamente en Cuniculicultura, pues de esta manera no ocurriría a ningún comprador lo que con frecuencia algunos industriales vienen efectuando, o sea, que no llevan otra mira que vender, sin que les importe mucho que el comprador obtenga o no los beneficios que espera.
"Un ejemplo: ¿Qué diría el Sr. Castelló u otro avicultor cualquiera, si al adquirir como resultado de un Concurso avícola un lote de Prat que respondiendo al patrón definidor de dicha raza, hubiese sido premiado, se encontrase con que los pollitos de ellos descendientes, presentan caracteres opuestos? Es decir: ¿unos tuvieran patas claras y otros negras; unos plumas rojizas y otros negras; unos con capas totalmente clara y otros de capa totalmente obscura; unos con apéndice y otros sin él, etc.? Pues que el Jurado que calificó no sabía lo que calificaba. Y si en vez de esto, se tratase de una venta directa, ¿qué comentario haría el futuro avicultor?
"¿Está claro o no lo está? ¿Es bueno nuestro principio o es mejor el que hasta ahora se viene practicando?, ¿somos ignorantes y mal intencionados o, por el contrario, deseamos se apliquen normas zootécnicas justas y nuestro consejo es honrado?
"El lector juzgará, porque nosotros, veterinarios, hacemos punto final y no volveremos a insistir sobre dicho asunto.
"Pablo Tapias v Cesáreo Pardo."
Los señores Tapias y Pardo confunden los Concursos zootécnicos con las simples Exposiciones de Avicultura y de Cuniculicultura, manifestaciones del deporte avícola cuya esencia sentimos decirles que desconocen en absoluto.
En todos los países civilizados se celebran anualmente centenares de esas Exposiciones a base de los premios individuales, porque tal es y fué siempre la base de su organización.
La inscripción de parejas, de tríos o de lotes, aun cuando se admita en algunas Exposiciones, es siempre cosa secundaria y comercial, por lo que facilita su venta, pero pretender que no se pueda premiar un gallo porque se presentó sin su gallina o viceversa, es algo inadmisible.
La innovación que preconizan los señores lapias y Pardo ni siquiera puede admitirse en esos llamados Concursos Generales en los que
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entra el ganado mayor y menor, los cuales se celebran en París, en Londres y en tantas otras capitales de Europa como en los de Norteamérica y en Argentina, Uruguay y Chile, de las que tanto podrían aprender los organizadores de esos certámenes en España.
En todos esos Concursos, a pesar de su carácter zootécnico, la clasificación es siempre individual, y si no se nos quiere dar crédito, no hay más que verlo en los catálogos que de los mismos pueden procurarse nuestros replicantes, a los que recomendamos se enteren bien de ello, relevándonos de ese calificativo de ignorante que tratan de endilgarnos, cuando, por lo visto, son ellos los que no se han enterado de la esencia de esos certámenes y de cómo están umversalmente organizados.
En cuanto al caso concreto que en su pregunta formulan, les diremos que no es probable que se presente, porque ningún expositor llevará a una Exposición un lote premiable que no sea de raza pura y, en cambio, donde se admiten lotes, no puede evitarse que, puestos de acuerdo dos o más personas, poniendo una el gallo y las otras las gallinis, presenten juntos el lote al que, si se quiere, pueden agregarse unas crías de otra persona, presentándolo todo como de un mismo expositor y impartiéndose luego el importe del premio entre todos. Esto lo hemos visto ya en España varias veces en Exposiciones en las que se ha burlado así al juez, al donante del premio y al público, porque, terminada la Exposición cada individuo ha vuelto a su gallinero.
Entiendan bien los señores Tapias y Pardo, que no es que critiquemos su criterio ni la lealtad con que lo sustentan. Lo que calificamos de horroroso y de absurdo es que se trate de cambiar la esencia de esas exposiciones de carácter puramente deportivo, en las que lo que se aprecia es la inteligencia, el gusto y el arte de exhibir y de presentar en ellas los animales, dejando a cargo de los jueces el apreciar si son o no son de purísima raza, para lo cual éstos son los que deben capacitarse con el conocimiento del Standard o Patrón de cada raza, familiarizándose con lo que en cad.i una se dnn como taras y como defectos, así como con los signos caracterís-ticos en los buenos reproductores.
Si para premiar un gallo se necesita ver la hembra con que va a aparearse y hasta los productos que dieron, que no se celebren exposiciones, porque no habría expositores.
Es cuanto podemos decir a esos señores cuyo
criterio respetamos, esperando que ellos respe-fen el nuestro.
En cuanto a la apostilla agregada a su escrito por nuestro colega Industrias Rurales y Agricultura, diremos que, si nos asombra lo propuesto por los señores Tapias y Pardo, su solidaridad con ello nos desconcierta, porque su Director, Sr. Ayala Martín, bien sabe cómo y sobre cuáles ¡jases se organizan las exposiciones de Ctmiculicultura en el mundo entero y, por lo tanto, no se concibe que lo admita,
A Industrias Rurales y Agricultura diremos,
para terminar, que quien escribió lo que liar-**;» lu^ar a la réplica de dichos señores, no es una pluma juvenil e inexperta, sino la de esa capacidad técnica que tan benévolamente reconoce en el que esto escribe.
Harto de ver y de organizar exposiciones en España y hasta en lejanas tierras, algo debe saber, ciertamente, de todo esto, y si tal capacidad se le reconoce, no nos explicamos cómo puede sorprender que no acepte esas innovaciones.
Salvador. Castjilló
El crecimiento de los pichones
Los que crían palomas saben cuán rápidamente crecen los palominos. Del huevo de paloma, que sólo pesa de 20 a 23 gramos, en 18 días surge el palomino, que en la mayoría de las muchas castas de palomas, suele pesar unos 18 a 20 gramos.
Lienhart, en la revista Comptes rendus de la Société de Biologie, tomo 107, página 47, dió cuenta de sus experiencias sobre el crecimiento del palomino y de su trabajo se desprende lo siguiente :
En las primeras 24 horas que siguen al nacimiento, el palomino gana, en peso, unos 10 gramos y otros tantos en las 24 siguientes.
En el tercero y cuarto día gana unos 20 gramos diarios; del 5." al 11.° día gana unos 30 cada 24 horas; a los 12 días el aumento es ya de 35 gramos, y a los 13 llega a ganar 40, pero en los días 15 y 16 el aumento sólo es de 10 gramos diarios para no ganar más de 5 gramos diarios en los días 17, 18, 19 y 20 siguientes al nacimiento.
En tal momento el palomino pesa unos 435 gramos, habiendo consumido unos 600 gramos de alimento, lo cual, en la experiencia de Lienhart, demostró que, hasta que el palomino sale del nido, asimila un 72'5 por 100 del alimento recibido.
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PARA LOS QUE QUIEREN APRENDE
LA AVENA GERM1NADA GRAN ALIMENTO VERDE PARA EL INVIERNO
por el Prof. S. CASTELLÒ
El uso de la avena germinada es ya corriente entre los avicultores españoles que leen cuanto se escribe hoy en día en materia de alimentación, pero no dejan de ser hechos comprobados, que muchos no la aprovechan como es debido, que otros no saben todavía producirla y que la generalidad de los que la emplean no se han dado cuenta todavía del porqué se recomienda tanto su suministro.
La avena germinada es el alimento verde ideal para aquellos que, no disponiendo de tierra de cultivo no pueden cosechar forrajes tiernos y han de comprarlos, costándoles a veces buenos dineros, que se ahorrarían dando avena germinada a las gallinas y a los po-Iluelos.
En la avena germinada no va sólo el tallo que surge del grano, sí que también éste y las rai-celas. Un kilogramo de avena puesto a germinar en las debidas condiciones a los doce o quince días se ha transformado por lo menos en 4 a 5 kilos de alimento suficientes para alimentar de 80 a 100 gallinas.
Si se le deja crecer hasta que tiene 12 ó 15 centímetros, el kilo de avena en grano llega a pesar hasta 8 y 10 kilos, y en ellos comen de 160 a 200 gallinas.
Se dirá, pues, que gran parte del peso lo da el agua de la que la avena se empapó para germinar, y se observará que el agua no es gran alimento, pero a esto se contesta diciendo que el agua convierte la avena en substancia más grata a las aves que el grano seco y que, por sus virtudes fisiológicas, el agua, lejos de dañar favorece la digestión y la asimilación de los principios nutritivos del alimento.
La avena germinada aporta al organismo del ave de 15 a 20 % unidades nutritivas, es muy apetecida por las gallinas y por los polluelos en crecimiento y así aquéllos como éstos se vuelven locos con ella.
En la avena germinada abundan la vitamina A (que activa el crecimiento, evita el mal de ojos, y hasta se dice que es preventiva del moquillo) ; la vitamina B (defensora del organismo contra la polineuritis, avitaminosis o beri-bcri (debilidad, parálisis local o general, anemia y muerte) y la vitamina E (la de la fertilidad), gracias a lo cual, dada a los reproductores, se
cosechan menos huevos infértiles, y de éstos se obtiene mayor proporción de nacimientos.
Lai avena germinada se da de tres maneras. Unos dejan crecer los tallos o vástagos hasta que tienen de 10 a 12 centímetros, otros la dan cuando sólo tienen de 4 a 7, y otros no esperan a que aparezcan los tallos y la dan sólo iniciada la germinación y salidas los primeras raicillas, lo cual se logra a los cuatro o cinco días de puesto el grano a germinar.'
Con este último sistema, cierto es que se aumentó ya la digestibilídad del grano y en él se obtuvo un aumento de materia, pero no tanta como cuando se dan el grano, las raicelas y los vástagos, dejando que crezcan más o menos.
Cuando se da con vástagos, las aves disfrutan más, por lo que Ies gusta el tallo, y desde luego va en la avena, así germinada, mayor cantidad de alimento.
La avena se pone a germinar en tableros o estanterías, si se quieren aprovechar los tallos, o en recipientes de metal de forma cilindrica y con la superficie del metal empleado (plancha de hierro galvanizado es el auejor) cuajada de taladros o agujeros.
Aún puede prepararse más burdamente, en simple saco de los que se emplean para el transporte de granos, pero en este caso sólo cabe dar la avena con la germinación iniciada.
Preparación de la avena
Antes de ponerla en el tablero, en la estantería, en el germinador cilindrico o en el saco, la avena debe tenerse en remojo durante 36 ó 48 horas, poniendo iguales cantidades (en litros), de grano y de agua tibia,
Para llenar un tablero, estante o bandeja de 50 X 5o centímetros precisará poner en remojo unos 5 litros de avena en 5 de agua tibia, agregando además una cucharada de las de café, de formalina, que evita el enmohecimiento del grano. Una vez dispuesto el cubo o el recipiente, es bueno cubrirlo con Un saco o con un trozo de arpillera.
Construcción de la germinadora
En todos los comercios de material avícola se venden ya germinadores de metal o de ma-
dera, pero como se trata de una cosa tan sencilla, cualquiera puede construírsela.
El germinador más corriente es el de madera. Se trata de un armazón formado por 4 pies de 1'80 metros de alto, con grueso de 1X2 pulgadas, y divididos en 6 ó 7 secciones, en cada una de las cuales ha de poder descansar, y correrse, unos tableros o bandejas de madera en las que los listones del fondo no deben tocarse, quedando entre ellos rendijas, para que el agua escurra bien, y de otra parte, lo suficiente juntas para que no pase el grano.
A esos tableros se les suelen dar medidas de 50 X 50 ó de 60 X 60 centímetros, y en montante, alto de 1,80, caben 6 tableros o bandejas, quedando separadas unas de otras en 30 centímetros. Sobre el montante puede aún descansar otra bandeja, y así, serán siete las que sostendrá el soporte, con lo cual se tendrá a punto un tablero o bandeja para cada día de la semana, si es que no se quiere dar la avena con tallo o vástago de más de 7 centímetros, y para esto (si la germinadora se tiene en el medio adecuado que más adelante se precisará) bastan siete días.
El piso de los tableros puede ser también de plancha metálica perforada, pero no de tela metálica, por lo que a ésta se agarran las raicelas,
Carga del germinador
A razón de 5 litros de avena en bandeja de 50 X 5°, ó de 6 litros en las de 60 X 60, se tiene la que en ellos cabe, una vez tenida en remojo y quedando en grueso de 2 a 2,50 centímetros.
La germinadora no debe cargarse o llenarse en todas sus bandejas o estantes.
Se llenará el de abajo, por ejemplo, un lunes ; el martes se pondrá la avena en el segundo, el miércoles en el tercero y así siguiendo hasta el domingo, día en que se cargará de avena la bandeja de arriba.
Tratamiento de la avena
Desde el segundo día de cargadas las bandejas deben correrse hacia adelante todos los dias y con una regaderita o un grueso pulverizador se riega el grano, teniendo el cuidado de ir volviendo las bandejas a su sitio en forma de que los cuatro lados vayan quedando alternativamente al frente, y así su contenido va gozando por turno de mayor luz.
En tanto no apuntan los vástagos, antes del riego es conveniente remover la avena con los
dedos dejándola luego bien nivelada. EstcráV:^ tiva mucho la vegetación.
En la operación del riego, además de hacerse girar las bandejas para que cada día quede al frente uno de sus costados, deben ir subiendo de piso.
La que el lunes se puso en el estante más bajo, el martes se sube al segundo y en su lugar se pone la bandeja que se llene aquel día. Así, día por día, la primera bandeja que se llenó, va subiendo y el domingo está en lo alto del armazón y su contenido es el primero que se distribuye. Esto tiene por objeto lograr que cada día la avena vaya gozando de mayor luz.
Disponiéndose de siete bandejas y contentándose con que los tallos no tengan más de unos siete centímetros, cada día de la semana se puede vaciar una bandeja, volviéndola a llenar seguidamente, pero antes es conveniente lavarla bien en agua, llevando un 5 % de formalina, con lo que se desinfecta y se evita la formación de moho.
Cuando se quiere que los vástagos alcancen los 12 ó 15 centímetros, como se requieren unos 12 ó 15 días, es cuestión de disponer de más de una estantería, pero el manejo de las-bandejas y el riego y tratamiento de la avena, es el mismo.
Condiciones del local y medio favorable
En los climas cálidos, o por lo menos templados, la avena germina en' pocos días hasta teniéndola al aire libre, pero es mejor tener el germinador en local templado y bien asoleado. La mejor temperatura para el local es la de IS a 25 centígrados. Con temperatura inferior a 15o la germinación es lenta y se corre el riesgo de que el grano enmohezca. Por esto, hasta en los climas templados hay que instalar los germinadores en interiores, porque, en cuanto-se inician los fríos, aunque durante el día no haga frío, lo hace en las noches y esos cambios bruscos impiden que la germinación se haga normalmente.
..En nuestras costas de levante y donde el' sol calienta bien, hasta en invierno, es bueno sacar todos los días las bandejas de la estantería y tenerlas tomando el sol, con lo que la germinación es más rápida y los tallos son más gruesos y vigorosos.
No hay para qué decir que la habitación donde se tienen los germinadores debe estar bien ventilada.
UNDO A V
Germinadores cilindricos
Cuando no se quieren aprovechar los vásta-gos, la germinación de la avena se puede lograr poniéndola en unos recipientes cilindricos de unos 20 centímetros de diámetro y 50 de largo, construidos con plancha de hierro galvanizada y con taladros. Los cilindros llevan tapa para que el grano no se salga al removerlo.
Después de tener la avena en remojo durante las 36 a 48 horas, ésta se pone en el cilindro que se mantiene horizontal y todos los días se sumerge en un baño de agua que penetra por los taladros y por los mismos se escurre. Antes y después de la inmersión se agita bien el contenido.
Por medio de un dispositivo se pueden tener a lo largo de una pared y hasta sobreponiéndolos unos a otros si se tienen muchos y la pared es corta.
Algunos completan la instalación teniendo a lo largo y parte ba¡a de la pared un depósito de agua o una gran canal de unos 40 centímetros de ancho y profunda de otros tantos, a la que se hace llegar agua y así la inmersión de los cilindros es cosa rapidísima, porque no hay más que sacarlos de sus sustentáculos e irlos metiendo en el agua sin tenerlos que llevar de un lado a otro.
A falta de esos germinadores, la avena germina también en sacos en los que se pone en cantidad prudencial para que el saco se pueda reniover fácilmente, y todos los días, después de agitar o remover bien el contenido, se sumergen durante cinco minutos en un tanque o en un simple recipiente donde quepan bien y luego se tienden en el suelo aplanándolo con las manos para que la avena ocupe la mayor superficie posible, quedando en grueso de 2 a 3 centímetros. Cuando la avena se germina en cilindros o en sacos, no es necesario el empleo de la formalina.
Como en el caso de la germinación en bandejas o estanterías, con los cilindros o los sacos uno puede componérselas para tener uno o más disponibles para cada día de la semana y así hasta en el rigor del invierno se tiene verdura sin tenerla que comprar.
Suministro de la avena
Cuando no se utilizan los vástagos, en cuatro o cinco días la avena está a punto de consumirse presentándose como apegotados los gra-
O
A
nos, unos con otros y enredados en las raicelas^» ya salidas. Vertida la avena en un cubo, si es poca o en una artesa si es ya mucha, con las manos se va desgajando la masa y se da a los polluelos o a las gallinas en comederos abiertos y bien limpios.
Cuando se da el grano y los vástagos, a los cinco o seis días se ha formado ya en la bandeja como un pan de granos y raicelas, pan cada día más fuerte por la salida de los tallos. A los ocho o diez días ese pan es tan compacto que puede sacarse entero de la bandeja, en la que puede decirse que quedó amoldado.
El trabajo del desgaje es en este caso mayor, pero se hace también fácilmente en la artesa y una vez bien desgajado el pan, se distribuye como antes se dijo.
Cuando no se quiere utilizar la artesa, se puede sacar el pan entero de la artesa v colocándolo sobre un tablero, y utilizando un fuerte cuchillo, se va cortando a trozos que se van desgajando uno a uno con las manos. A cada gallina debieran dársele sobre unos 6 a 7 cen~ tí metros cuadrados. Un cuadrado de pan de avena germinada con tallo de 8 a 10 centímetros de altura y 6 a 7 centímetros de lado hasta para 10 gallinas. En un pan 50 X 50 centímetros de lado comen bien unas 80 gallinas y si los tallos son de 12 a 15 centímetros hasta el doble. En tableros de 60 X 60 con tallos largos, comen de 160 a 200 gallinas.
Es bueno fijar la hora de mediodía para dar diariamente ía ración de avena.
Cuando se da a los polluelos precisa desgajarla bien, y si los tallos son largos trincharlos bien para que queden en pequeños fragmentos.
Conclusión
La germinación y el suministro de la avena germinada fué una verdadera revelación cuando hace quince o veinte años se empezó a hablar de ello. En verdad resolvió el problema de obtener materia verde y buena con poco gasto, en todo tiempo y especialmente en invierno en que no hay alfalfa, trébol ni otros forrajes de leguminosas que son los más recomendables.
Es de creer que muchos de nuestros lectores tienen ya la costumbre de dar avena germinada, pero a los qué no la hubieren ensayado les encarecemos que la prueben, en la seguridad de que se felicitarán de ello.
Salvador Castelló
LAS GALLINAS DE PLUMAJE RIZADO
(Gallus pennis rivolutis-Lin)
Gallo y gallina rizadas chilenas, con moño (Tipo de exposición)
La pluma rizada en las gallinas, como en las palomas y en ciertas palmípedas como en la oca rizada del Danubio es una mutación que debió producirse en tiempos ya remotos v corresponde al rizado del pelo en ciertas razas de perros y de carneros, como en el famoso karakul.
En el año de 1600 el ornitólogo y famoso Rector de la Universidad de Bolonia, Aldro-vandi, describió ya el plumaje de las gallinas rizadas y como hábil dibujante legó a la posteridad su efigie en aquella preciosa y valiosa colección de dibujos que se conserva como tesoro en dicha Universidad y que ha podido verse, sino completa, en gran parte, en los stands oficiales de Italia presentados en las Exposiciones Mundiales de Avicultura de Barcelona, Ottawa, Londres y Roma.
En 1676 el ornitólogo Villughby también escribió sobre el plumaje de esas preciosas aves y con posterioridad el naturalista Linneo les dió nombres, tales como Gallas cristatus; primero, y después, el de Gallus pemiis rivolutis.
Buffon, en 1799, atribuyó el origen de las gallinas rizadas a la Isla de Java, admitiendo que las había también en el archipiélago japonés y en parte del Asia meridional, pero admitió ya que también podían producirse en los climas
cálidos del sur de Europa y no se equivocaba, pues abundan en la isla de Sicilia.
En América las hay en Chile, donde se las conoce bajo el nombre de trintres, y con éstas y la Padua (moñuda) se produjo en Europa a fines del siglo pasado esa hermosa raza de lujo conocida por raza rizada de Chile que se representa en el grabado que ilustra este escrito y que casi ha desaparecido, pues es muy raro verla figurar en las Exposiciones.
Los naturalistas Temminck y Darwin mucho escribieron sobre las gallinas rizadas como a fines del siglo pasado lo hizo Lewis Wright en su famoso libro "Book of Poultry".
Que la rizadura del plumaje es una mutación espontánea, lo demuestra el hecho de que, en todos los países, de vezTen cuando salen gallinas rizadas sin que lo fueran así ni el padre ni la madre y sin antecedentes de familia. En la gallina común y corriente de España, surgen esas mutaciones con frecuencia, pero raramente se perpetúan y en verdad en parte se debe a que no hay interés en mantener tal característica, porque con ella no va ligada una mayor producción ni en huevos ni en carnes.
A pesar de ello, no en todas partes se piensa lo mismo, y según el Profesor A. MagHano, del Instituto Zootécnico de Messina (Sicilia)
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AVICOLA
Gaílo y gallina negra sedosa del Japón
€ii este país hay la creencia de que son más ponedoras sus gallinas rizadas que las de plumaje normal. Ello se debe a que han observado que, cuando en el período de la muda se desponen las gallinas normales, las rizadas, siguen poniendo, y así se explica que en Sicilia abunden, porque los campesinos las conservan para cuando las normales dejan de poner.
La rizadura del plumaje ha sido y es actualmente objeto de estudio por parte de muchos biólogos, entre los cuales figuran eminencias tales como el Dr. Crew, Landauer, Hutt y otros.
Crew opina que los hijog de gallo y gallina rizados tienen poca vida y mueren siendo muy jóvenes, pero Landauer y Hutt no llegan a tanto, pero coinciden en la creencia de que difícilmente llegan a la madurez sexual.
Magliano, el citado profesor italiano que ha experimentado en las rizadas sicilianas, aunque reconociendo que aun le queda mucho por trabajar, afirma que en unión de gallo y gallina rizados surgen a veces polluelos de plumaje normal.
Entre las rizadas sicilianas, dice Magliano
que caben dos tipos, el de plumaje completo más o menos rizado, y el de plumaje rizado, pero quedando al desnudo parte del cuerpo.
Algunas veces el plumaje rizado acompaña la desnudez del cuello y Magliano dice haber observado que en los gallos, aun presentando las características sexuales externas bien marcadas, llegan a la madurez sexual con los testículos diminutos y casi sin actividades.
En las Exposiciones de Avicultura suele verse con frecuencia una raza de gallinas enanas de plumaje rizado con cresta triple, orejillas blancas, barbillas bien desarrolladas, plumaje blanco o negro y tarsos, unas veces emplumados y otras limpios de plumas. Algunos la creen derivada de la raza llamada Negra sedo-saj mientras que otros la creen oriunda de Ceilán y ser la que describieron los ornitólogos de los siglos xvn y xvin.
Las gallinas rizadas nunca podrán ser consideradas como aves de producción. Su crianza só]o se concibe en calidad de aves de Exposición, y en verdad hay que reconocer que son muy hermosas.
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En qué consiste la 'depuración' de un gallinero
Por eu Prof. Ch. YOlTELLIER
La depuración (1) de un gallinero consiste en eliminar, poco a poco y en todos los momentos del año, las aves cuya producción es insuficiente, bien por haberlo sido siempre, bien por efecto de una causa cualquiera.
Aunque teniendo el mismo -fin que la selección, con miras al aumento de la producción la depuración se distingue de la selección por los medios que en ella se emplean y por sus resultados. Una y otra pueden, sin embargo, practicarse conjuntamente.
Así como en la selección se eligen los individuos que se dan como mejores para la reproducción, en virtud de sus características y de sus aptitudes de raza, la depuración alcanza, no sólo a las aves de raza pura, sí que también a las mestizas tendiendo a eliminar aquellas de las que suele decirse que no pagan lo que comen.
La depuración empieza cuando el polluelo nace, debe seguirse practicando cuando éste se cria y cuando es ya ave adulta.
Todo polluelo deforme al salir del huevo, o por lo menos débil, debe ser sacrificado, porque sería ave improductiva. Aun cuando hoy día pueda ponerse remedio a la debilidad por deficiencias en la nutrición debidas a la ausencia de vitaminas o de sales minerales, cosa muy frecuente, en la práctica tales deficiencias no se aprecian hasta después de transcurrido algún tiempo.
Cuando se advierte, hay ya individuos demasiado endebles en los que no vale la pena de gastar para remediarles y hay que eliminarlos rápidamente, sobre todo si se trata de pollitas que se pensaba conservar como ponedoras.
En efecto; no hay que perder de vista que, en relación con el precio de los huevos, más alto en noviembre y diciembre que en abril y mayo, los individuos que no están en condiciones de poner en octubre o que no han de dar huevos hasta enero o febrero, no pueden ser fuente de ingresos por sus huevos en su primer año de vida. A estas pollitas hay que procurar engordarlas y venderlas lo antes posible. Lo mismo "puede decirse de los gallitos de crías tardias, ésto es, obtenidos después de
(i) De Departir. Limpiar, purificar.
julio, así como aquéllos de poco crecimiento en otoño, y que, por lo tanto, no puedan adquirir el máximo de la talla en los reproductores de la raza a que pertenezcan, ni ser aptos para transmitir a su descendencia las características o las cualidades de la misma.
La renovación completa de la población del gallinero, cada dos años y aun mejor la de la mitad de la población cada año, es algo esencial. La experiencia y la práctica demuestran, en efecto, que la producción huevera en el segundo año decrece en un 20 por 100 en relación con la del primero, y que en el tercer año aun decrece hasta el 40 por 100.
La eliminación sistemática de las gallinas que están para terminar su segundo año de postura no es fácil si las gallinas no llevan marcas visibles por las que rápidamente pueda apreciarse su edad, como las sortijas de celuloide de diversos colores o las plaquetas de colores colgantes de las alas.
La depuración, propiamente dicha, consiste, sobre todo, en apreciar el valor individual de las gallinas como ponedoras mediante la palpación, la pigmentación y la muda. Aunque este sistema de apreciación pueda practicarse durante todo el año, debe emplearse principalmente en octubre, en febrero y en julio.
Sea cual fuere el momento en que se trate de practicar tal trabajo, la base está en el saber apreciar qué gallinas son las que ponen mucho, cuáles las que ponen poco, lo cual equivale a evaluar su producción actual, su producción pasada y la importancia de su producción.
Los principales indicios de la puesta actual son: la amplitud y la dilatación de la cloaca, oblonga y húmeda; la flexibilidad de los huesos del pubis (isquiones), y el que puedan colocarse o alojarse tres dedos de la mano de un hombre entre las extremidades de aquéllos; la cresta grande, roja, turgente y brillante, y las barbillas y orejillas prominentes y suaves al tacto.
La gallina que no pone en el momento de examinarla, tiene, por el contrario, la cloaca pequeña y contraída, redonda y seca; los huesos del pubis, rígidos y próximos; la cresta pequeña, pálida y rugosa, y las barbillas y orejillas. reducidas, duras y secas.
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Las características de una buena producción, ya pasada, de las que puede deducirse que puede aún ser ulteriormente buena, son fáciles de apreciar, especialmente en las razas de tarsos amarillos y en las de orejillas blancas. En las que dieron buena postura, la cloaca aun se mantiene amplia y de un color blanco azulado durante el período de largo reposo ovárico. El pico y los tarsos han perdido la coloración amarilla y son casi blancos. Las que han dado pocos huevos, tienen la cloaca poco amplia, contraída y del color de la carne, conservando el color amarillo vivo en pico y patas.
En cuanto a las características que indican una importante producción, pasada o actual, son las siguientes : Un gran desarrollo del abdomen ; el esternón inclinado en dirección al suelo: gran amplitud en la región de los riñones: el pecho ancho, sin grasa y con poco grosor en la piel de los flancos, al punto de podérseles contar las costillas; una gran distancia entre la punta del esternón y las de los huesos isquio-nes. En esta separación o espacio se estima ver la capacidad ponedora de la gallina y se aprecia teniendo sujeta el ave por las patas y sosteniéndola con la mano izquierda, y descansando su cuerpo sobre el brazo con la cabeza del animal hacia el hombro, en tanto la exploración se hace con la mano derecha colocando los dedos entre la punta del esternón y las extremidades de los isquiones. En las grandes ponedoras llegan a poderse colocar hasta cinco dedos de la mano de un hombre.
En las razas en que el pico y los tarsos son de un blanco rosado, azules o negros, no hay el signo de la pigmentación amarilla, pero en lo demás, son los mismos signos, y desde luego, en todas las razas los da también el estado de la muda.
El control de la postura por medio de los nidales registradores ha demostrado que. cuanto más tarda la gallina en empezar la muda del plumaje, más largo ha sido el período en que ha dado huevos y mayor fué su producción total en el año.
En tanto la gallina va poniendo regulármenos' te, mantiene sus plumas viejas, y cuando cesa de poner, las va perdiendo poco a poco y en el siguiente orden: primero las del cuello, después las del dorso, siguiendo las de las alas, luego las de todo el cuerpo.
La muda de las del cuello, es frecuente en cualquier estación del año, hasta en las buenas ponedoras, pero, aunque iniciándose, no sigue. Si continúa en las del dorso, entonces empiezan a desprenderse las rémiges de las alas. En tal caso, la puesta cesa y se ve que hay relación entre ambos fenómenos.
El punto importante para la depuración del gallinero, es el de distinguir si se trata de una muda parcial o de la muda general.
La muda general va indicada por la caída de las grandes plumas del vuelo. La primera de estas plumas — que es la vecina de las . secundarias, generalmente la última a partir de la punta del ala — cae cuando empieza la caída de las plumas de todo el cuerpo. Generalmente, precisan seis semanas para que la pluma nueva adquiera la medida de la vieja a la que substituye. Las otras plumas primarias del ala, van cayendo con intervalos de diez a quince días. En las'buenas ponedoras la postura vuelve a presentarse al aparecer las nuevas plumas v sigue aun cuando la muda no haya terminado del todo.
Con el objeto de explicarse este fenómeno, se ha querido establecer relación entre el largo de las plumas y el número de huevos dado por la gallina en el año, con lo cual se ha perjudicado la vulgarización de la distinción de las buenas y las mediocres o malas ponedoras, a base de la muda, que es de lo que se trata aquí, no de la selección de las aves reproductoras.
Limitando el trabajo de depuración a lo expuesto, permite a menudo la eliminación de un 20 ó 30 por 100 de mediocres o malas ponedo-
ras en los gallineros rurales.
Cil. VOITELUI-R
Condiciones que deben reunir los buenos
reproductores
Cuando se acerca el momento de elegir los individuos con los que han de constituirse los lotes de reproductores, hay que atender a muchas cosas, de algunas de las cuales se prescinde y luego se tocan los resultados de su olvido.
Por desgracia se oye decir frecuentemente como- yo ¡íío crío más que aves de exposición, no me importa su producción. Otras veces se oye lo opuesto: a mí qué me cuentan de tipos ni de "Standards" o patrones; yo no atiendo más que a la producción, y poco me importa sacar animales bonitos, lo que yo quiero es que me den muchos huevos ,y buena pollería.
Los que dicen lo primero y los que dicen lo segundo son sencillamente unos malos avicultores, porque hay que atender a las dos cosas y fácil es lograrlo. Lo que hay, especialmente en el criador de aves de producto, es que no quieren tomarse el trabajo de hermanar la belleza del animal con la producción, o que ignoran la manera de lograrlo.
Para que lo sepan los que lo ignoran y para que lo recuerden) y lo tengan presente los que lo olvidaron, vamos a concretar lo que se entiende por un buen reproductor en los campos de la Avicultura práctica y de la genética.
i.° Vigor máximo y perfecta constitución general del cuerpo. — El hecho de que un gallo sea hijo de magníficos padres por su belleza y por su alta producción, y el de que la gallina haya dado en su primer año de postura 200 huevos, con buena puesta invernal es base para calificarlos, a priori, de buen reproductor, pero si el gallo se agotó, por excesivo servicio y la gallina por su gran postura, puede darse el caso de que en el momento de juntarla, uno de ellos, o los dos, no estén lo suficientemente vigorosos para dar buena descendencia y, por lo tanto, hay que desecharlos. El reproductor no debe ser juzgado por lo que valió en belleza o por su producción, pues, si bien esto constituye un signo o una guía, no es lo bastante. Lo que vale es la perfecta constitución de su cuerpo y su potencialidad fisiológica en el momento del acoplamiento.
2.0 Edad adecuada para la reproducción. — Tanto los gallitos como las pollitas en el momento en que se les manifiesta la madurez sexual, actuando los primeros y dando los primeros huevos las segundas, están en condiciones de procrear, pero su prole tiene que ser débil necesariamente. Los reproductores deben tener, por lo menos, un año y en las hembras es mejor que tengan 18 meses, porque así se ha podido ya ver cómo se comportaron en sus 12 primeros meses de postura.
La mejor edad es, sin embargo, la de los dos a los tres años; así los gallos pueden ya ser comprobados.
3.0 En uniones de individuos de la misma raza y variedad, es necesario que haya la mayor, afinidad posible entre sus características. Sin esto, aunque la descendencia resulte productiva, el tipo de la raza pronto se va perdiendo, cambia el color, no se mantiene la talla, surgen los defectos; en una palabra, desaparece el tipo ideal que el buen avicultor ha de procurar que conserven sus gallinas.
4.0 Ausencia absoluta de defectos condenados por el Standard de la rasa o de la variedad. — La mayor parte de los defectos que el Patrón de la raza señala como causante de descalificación en las exposiciones, son hereditarios, por determinarlos factores genéticos que se perpetúan y, por lo tanto, la manera de evitarlos es la de eliminar todo reproductor que los ostente. De ahí la necesidad de que el buen avicultor conozca el Patrón o Standard de la raza que cultiva y que se atenga a lo que éste dé como defectuoso.
Conviene no confundir los defectos salientes con los que son simplemente taras, porque éstas generalmente afean al individuo, pero, salvo casos especiales, no se transmiten a la descendencia.
5.0 Cuando se practican cruzamientos uniendo individuos de razas distintas, ha de haber la mayor paridad posible en las formas,
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caracterís'ticas locales y el color, porque, no siendo así, como se deben a factores genéticos cuya fusión determina efectos bien precisados en las leyes mendelianas, el sostenimiento del nuevo tipo obtenido daría lugar a un trabajo fácilmente evitable.
Si una de las razas es de cresta doble y la otra de cresta sencilla, en la primera generación saldrán ciertamente toda la prole de cresta doble, porque ésta es dominante, pero en las siguientes saldrán individuos con cresta doble y otros con cresta sencilla.
Si una raza es de un color y la otra de coloración distinta, en la primera generación habrá fusión de colores surgiendo uno nuevo o saldrá toda la prole del color del progenitor que lo tuviere dominante, pero también en tales casos, en las siguientes generaciones aparecerían indistintamente las dos coloraciones originales.
Con paridad de formas, de características locales y de color, se obtendrá ciertamente un nuevo tipo que en formas, volumen, cualidades y producción podrá responder al objetivo motivante del cruce, pero en los mestizos habrá siempre uniformidades que podrán dar lugar a la fijación de caracteres y a la aparición de una nueva raza.
6." El "pedigrée" o buen origen.-—Cuando se quieran producir pollitas de gran postura, es necesario que, así el gallo como la gallina sean hijos de alta ponedora, y que la gallina, a su, vez, se haya revelado como ponedora de muchos huevos en su primer año de postura. No hay que ser exagerado en este punto, partiéndose de la base de que sólo pueden tenerse por excelentes o superiores reproductoras las gallinas que dieron 250 ó más huevos, pues no son esas grandes posturas las que más regularmente se heredan. Lo que sí debe exigirse en la gallina que se da a la reproducción, es el haber dado un mínimo de 140 ó 150 huevos, y de éstos más de treinta desde 1.° de octubre a 31 de diciembre, o más de 40 desde 1.° de septiembre a 30 de noviembre, o más de 60 desde l.° de diciembre a 28 de febrero. Con esto basta, si el gallo es, a su vez, hijo de gallina de igual categoría y más aún si el gallo ha sido ya probado como reproductor dando hijas también de buena postura y de su misma categoría, pero siempre sin olvidar que ambos estén en pleno vigor en el momento de juntarlos.
y." Cuando se críe a base de producir volá-
is
tería de consumo, deberán elegirse individuos de pecho amplio y gruesos muslos y en este caso los cruzamientos son altamente recomendables, sin tenerse que prestar atención a lo prevenido en el inciso núm. 5, pero teniéndose siempre en cuenta que, si el gallo da las formas, el volumen del -mestizo generalmente lo determina la hembra.
8.° Cuando se trate de producir buenas aves de exposición, la cuestión del color es cosa principal, y, como aun siendo ambos progenitores de igual coloración, según la intensidad o ciertas particularidades de ésta, la de la descendencia sale algún tanto distinta, el avicultor ha de estudiar a fondo lo que en materia de coloración se ha observado en la raza que cultive.
9.0 En ciertas razas, y siempre a base de producir aves de exposición, cabe el pronunciamiento de características como la tiesura o la doblez de las crestas y el dibujo de las plumas, recurriendo a la crianza en doble grupo, para lo cual el avicultor deberá aleccionarse de esto en cualquier libro de Avicultura moderna.
10. Sanidad e inmunidad. — He aquí también dos condiciones que deben concurrir en los reproductores. Gallos y gallinas que pasaron el moquillo, la difteria, la viruela o cualquier otra enfermedad infecciosa, mejor sería no darlos a la reproducción, porque, habiéndose mostrado receptivos, fácil es que lo sean también sus hijos.
Párrafo aparte merece el señalar como base eliminatoria la de ser portabacilos de la diarrea blanca, cosa fácil de saber por el modernísimo sistema de la serodiagnosis o análisis de su sangre, revelador de si se hallan libres del Badilas pullorum, perpetuador de dicho azote de los polluelos. Todo individuo portabacilo debe ser eliminado de la reproducción, y sin esto, la diarrea blanca ha de perpetuarse de generación en generación. Lo propio puede decirse de los portabacilos de la tuberculosis.
Donde tal eleminación no se practicó todavía, se puede tener la seguridad de que una gran proporción de gallos y de gallinas son portabacilos y criando a base de sus productos el azote perdura de año en año.
Ateniéndose el avicultor a estas diez bases principales irá bien, pero no prestándoles atención, podrá seguir teniendo gallinas, pero no cuente nunca sacar buenos productos.
E. C. de P.
Tuberculosis y estadísticas en aves
CONFERENCIA DADA POR DON MIGUEL SANCHEZ LOPEZ EN LA ASOCIACION DE VETERINARIOS DE MADRID, DURANTE EL CURSILLO DE AVICULTURA
Habiéndome correspondido desarrollar el tema de Tuberculosis y sus estadísticas cu aves, quiero con él hacer una síntesis de la importancia que en la explotación avícola adquiere hoy día la tuberculosis.
Ante todo, sabemos es aquélla una explotación que tanto desde el punto de vista rural, como de la explotación industrial en gran es-eala. su rendimiento está basado principalmente en el aprovechamiento máximo de todos los subproductos o productos de menor cuantía tan abundantes en los rastrojos, barbechos, estercoleros, etc., y que no son más que desperdicios de cocina, gusanos, hierbas, granos diversos, etc., etc. Es decir, es la transformación de estos "infinitamente pequeños" alimenticios en el fin concreto y positivo, que se busca en toda explotación, o sea pesetas. Y que cuando la explotación se lleva con tacto y diligencia, se obtienen rendimientos muy elevados del capital invertido, como nos lo demuestra un práctico alemán, al establecer que 8 gallinas le producen tanto como una vaca y 50 les dan la misma renta que 125 áreas del mejor terreno y con la ventaja por añadidura del menor gasto de jornales...
Y dicho esto, pasemos a considerar los factores negativos que pesan sobre toda explotación avícola, pues los positivos o fuentes de ingreso son bien simples: valor huevos, valor carne, y valor de productos secundarios como plumas y excrementos destinados a abonos.
En cambio, la fuente de gastos es tan variada, está tan ramificada y tan íntimamente ligada con el valor producción, que la menor desarmonía entre ellos, actúa amplificando extraordinariamente su acción negativa, entregando al estancamiento cuando no al descenso al capital creado.
May, pues, que considerar gastos de alimentación, que es fundamental, y de la que depende en alto grado los productos que obtengamos del animal, gastos de compra de aves de cría, de alquiler de locales y utensilios, intereses, etc., y por último un factor que es el que a nosotros nos interesa, y es el de "pérdidas por
enfermedades", las cuales, si partimos de animales seleccionados gene.ipicamente cuyo pedi-cjrée y constitución genética sea inmejorable para el fin a que se destina, teóricamente, las tales pérdidas deben reducirse a un mínimo..., pero son tantos y muchos de ellos antieconómicos los preceptos higiénicos y profilácticos, que, de hecho, en toda explotación avícola hay que contar con la visita más o menos temprana de cualquiera de los agentes microbianos causantes de enfermedades, tales como la peste, tifosis, tuberculosis, etc.
Aquí, nos toca hablar de la tuberculosis, que, desde el punto de vista clínico, se definiría como enfermedad infecciosa, crónica, cuyo agente causante, el bacilo aviar, ha sido objeto de largas discusiones científicas y del cual conviene recordar:
i.° Que las aves, originariamente en su estado salvaje, no han padecido la tuberculosis, la adquirieron con la domesticidad y contacto con el hombre y bóvidos.
2.0 Que es posible el paso del b. humano al aviar, cultivándolo en sacos de colodión y en el peritoneo de la gallina "(Nocard) y, al contrario, por pases y adaptaciones sucesivas en los diferentes medios, se ha llegado a obtener del b. aviar en conejos y cobaya una tuberculosis típica, en lugar de la del tipo Yesin, que es la característica. Todos estos hechos confirman la idea ya propuesta por Koch de la unidad y variabilidad del b. de su nombre que por sucesivas adaptaciones daría el b. humano, bovino y aviar.
Además, el b. tuberculoso no siempre sería tal bacilo, esto es, un bastoncito de unas 2-3 mieras de longitud, sino que en su origen adoptaría una forma de "ultravirus" capaz de atravesar por su diminuto tamaño los filtros más finos, lindantes ya con las membranas celulares, que sólo dejan partículas de algunas milimicras, o sea del orden de 10o mm„ tamaño no muy lejano del antiguo límite de divisibilidad de la materia, esto es, la molécula cuyo diámetro es del orden de io° mm.
A continuación, este ultravirus daría lugar
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a formaciones pulverulentas y granulosas hasta llegar al bacilo, el cual, a la vez que representa la última fase de transformación, produce la. tuberculosis en sus últimas formas o marcha crónica. Como detalle curioso les diré que los investigadores que se han dedicado a estos estudios (Sanavelli y Alessandrini) no han encontrado el ultravirus en ninguna lesión tuberculosa aviar. En cambio, el b. tuberculoso aviar ha sido estudiado hasta en sus menores detalles. Los bacteriólogos le han buscado todo el parecido que tiene con el bacilo humano, así como las diferencias más sutiles, le han sumergido en toda clase de colorantes, hasta dar con aquellos que más fácilmente le delatan, le han ido colocando en los medios nutritivos más variados, desde el más pobre hasta el más selecto, así como también le han buscado sus apetencias en cuanto a temperatura, humedad, resistencia frente a los antisépticos más usuales, etcétera. En una palabra, le han sacado su "ficha" y guardado en el fichero correspondiente, que en este caso sería la Bacteriología.
De todos estos numerosos detalles, los que nos interesan son únicamente los concernientes a su distribución en el medio ambiente y al cómo intervienen en la preparación de la enfermedad. Este bacilo es eliminado por las gallinas con sus excrementos en cantidades enormes, sobre todo cuando presentan úlceras intestinales, lo que hace se infecte todo cuanto se ponga a su alcance, y más que nada, si las condiciones higiénicas de los gallineros dejan mucho que desear, como ocurre en una inmensa mayoría de los gallineros rurales, en que faltan las más elementales reglas de higiene. Estas circunstancias hacen que el bacilo se conserve por espacio de un año o más, frente a la acción de los agentes externos, con el consiguiente peligro para todo cuanto bicho viviente les rodea. De este modo mezclado por los animales con sus alimentos y bebidas es cómo se propaga de unos a otros, bien por vía digestiva o por heridas de la mucosa y piel, puestas en contacto con materias fecales impregnadas de bacilos. Pero no es este el único medio de infectarse las gallinas; se ha visto que la ingestión por parte de estos animales, de visceras tuberculosas, desechos de mataderos, etc., lleva consigo también la tuberculosis aviar y lo mismo se ha observado en gallineros que fueron cuidados por individuos tuberculosos que escupían frecuentemente sobre el suelo (Nocard). lambién puede transmitirse la infección por herencia, por contaminarse los huevos en la
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cloaca, vista la frecuencia de la forma intesti nal en la tuberculosis aviar; y no sólo es peligroso para los pollos, que mueren en una proporción del 90 % a poco de nacer, sino que también lo es para el hombre, por la.ingestión de huevos nial cocidos, ricos en bacilos.
El b. aviar no sólo representa, pues, un peligro para las aves, sino que cada dia adquiere mayor importancia en la etiología de la tuberculosis porcina. Conocida es la costumbre tan extendida por todo el agro, de criar juntos las gallinas con los cerdos, entre otros animales, coincidiendo con un. mínimo de condiciones higiénicas que reclama todo gallinero, y aun en el caso de estar perfectamente aisladas, queda el peligro de los pequeños roedores, que se encargan de transmitir la tuberculosis de uno a otro animal. Animal, el cerdo que se creía fácilmente atacado tan sólo por el bacilo de los mamíferos, hasta el punto de que los primeros casos de tuberculosis de origen aviar que fueron encontrados en el cerdo, apenas se les dió importancia y únicamente se tuvo la precaución de protegerles contra la tuberculosis humana y bovina, mediante la esterilización de la leche destinada al consumo de los lechones, igualmente que otros alimentos de origen posible tuberculoso.
Y ocurrió que en aquellos países más adelantados — Estados Unidos, Rep. Argentina, Dinamarca — en donde se luchó contra la tuberculosis bovina, a medida que el número de bóvidos atacados disminuía u oscilaba ligeramente alrededor de la proporción últimamente alcanzada, el número de cerdos tuberculosos aumentaba considerablemente, de tal manera que en 1907 en Estados Unidos la proporción era de 13,8 % y en 1922 llegaba al 63,8 %,
Esto hizo que los investigadores afinaran más en sus estudios y diera como consecuencia el descubrimiento de la importancia que en la tuberculosis porcina juega el b. aviar. Así Christiansen da las siguientes cifras: de 118 casos de tuberculosis, 28 tienen un origen bovino, 86 un origen aviar y 4 mixtos, o sea el 72,8 corresponde al b. aviar, cifra bien elocuente, así como las de Van Es que de un total de 14.300 cerdos inspeccionados, el 19,52 %, o sean 2.700, eran tuberculosos, y dentro de éstos seguían la si-guíente clasificación: de origen aviar, el 74 %', de origen bovino y humano, el 4,5 %, y mixto el 5>2 %, cifras que en su aspecto principal se muestran concordantes con las anteriores.
La equivalencia de estas cifras en cuanto a formas clínicas y lesiones, puede afirmarse con
Bang y Christiansen que la casi totalidad de tuberculosis en el cerdo localizada en los ganglios niesentéricos correspondería al b. aviar, tan sólo la mitad de los casos localizados en los ganglios del cuello y en menor escala los de tuberculosis visceral.
Por lo que respecta a la frecuencia de la tuberculosis en las aves, los estudios realizados han sido poco profundos... Es clásica la lista de Rabinowistch y Max Koch, que dan para un total de:
39 loros autopsiados ... 2 tuberculosos
8 cuclillos............ 1
66 gorriones ......... 7
56 aves de rapiña...... 21
38 palomas............ 12
146 gallinas............ 46
33 zancudas ......... 13
13 cigüeñas............ 3
54 patos ............ 12
y los suministrados por las Escuelas de Veterinaria principalmente. Así en Alfort, de las gallinas enviadas por las causas más diversas, salieron tuberculosas en una proporción del 6,5 %• En el Instituto Veterinario de Leipzig durante la paz alcanzó la cifra de 5,5 %, que subió a 7,7 % en la guerra, debida a la penuria alimenticia y falta de personal. En la Escuela A^eterinaria de Berlín, Fróhner, de 700 papagayos encontró 170 que eran tuberculosos.
Claro es que estas cifras que dan la mortalidad por tuberculosis en casos muy especiales, excederán con mucho a la frecuencia de la tuberculosis en gallinas; sin embargo, Zurn estima que el 10 % de las gallinas son tuberculosas, cifra que eleva a 13-15 % la Estadística de L'Office de Sanie,
Ahora, señores, aceptando el promedio de Zurn, aplíquenselo a los 30 millones en números redondos de gallinas que posee España y tendrán ustedes, aparte del posible foco de infección que representan esos 3 millones, un lastre que gravitará sobre la Avicultura, impidiéndola su normal desarrollo.
* * *
No quisiera que al terminar con la lectura de estos datos estadísticos tan elementales como incompletos, sacaran de la Estadística como ciencia, este concepto ávido de apilar números y más números susceptibles a veces, para mayor claridad, de representaciones gráficas diversas.
El